-Bien, no me gusta, pero acepto.
Al fin y al cabo, saldremos ganando todos.
-Sí.
Tras explicarle el plan a
Pablo, me acurruqué tumbada boca arriba en el suelo. El tobillo me
dolía muchísimo, y me apenaba que Fran no estuviera allí para
curarme.
El plan era mejor idea que la que
había tenido Pablo. Desde luego, ese chico no era muy inteligente.
Mientras Pablo roncaba, preparándose para el plan que habíamos
ideado, yo repasaba todo lo que había que hacer. Lo primero sería
que Pablo me volviera invisible, pero después de que el director
hechizado revisara la celda. Entonces sería cuando me volviese
invisible, y con mi poder me elevaría, ya que por culpa de mi
tobillo roto no podía andar. Después, la bruja Jane nos llevaría a
través de un portal hasta la puerta de la casa de Miriam. Se iría a
su castillo, dejando de vigilante al director, escondido entre unos
arbustos. Como sabíamos que nos iba a estar viendo, Pablo fingiría
atrapar a Lucía, después de que yo le explicara al oído el plan.
Lucía actuaría, pero luego le pegaría una patada en la espinilla a
Pablo, fingiendo claro, y Pablo se tiraría al suelo gritando de
dolor. Lucía se iría corriendo, pero no a la casa de Miriam, sino
al bosque. Después, supondría que el director la seguiría mientras
Pablo gritaba en el suelo, y en cuanto desapareciera en el bosque,
yo, después de que Pablo me volviera visible, avisaría a Diana,
Miriam, Mario, Tomás y Ángel y les diría que fueran a ayudar a
Lucía para atrapar al director y yo me quedaría esperando en la
casa. Por último, tras haber atrapado al director, lo mandaríamos
por el portal, con la memoria borrada por la ayuda del mago Nicolás,
al que yo llamaría y le explicaría todo mientras esperaba en la
casa. Después, mandaríamos al director por el portal atado y con la
memoria borrada para que no recordara lo que había sucedido y
finito.
Era bastante difícil de
realizar, pero estaba segura de que lo conseguiríamos, al fin y al
cabo, éramos los elegidos ¿no? Aunque no todo podía salir
perfecto.
En ese momento me sentía
frágil, sucia y apestosa. Acurrucada como estaba, podía ver
perfectamente a Pablo mientras dormía. Aunque no fuera inteligente,
era alto y fuerte, y eso nos ayudaría en el plan y en todo lo que
tuvieramos que hacer más adelante.
Tenía mucha hambre, y sed, y
me estaba deshidratando poco a poco. Cuando pensaba que me iba a
morir después de estar de tal forma doblada, con dolor en el tobillo
y deshidratándome poco a poco, escuché pasos que se acercaban.
Pensé que lo mejor sería hacerme la dormida, así que cerré los
ojos, dejando una pequeña rendija para ver lo que ocurría a mi
alrededor. Vi como el director, que Pablo me había dicho que estaba
poseído por Jane, abría la puerta ruidosamente y se acercaba a
Pablo. Empezó a zarandearlo de tal forma, que me entraron ganas de
gritarle al director que parara, pero recordé que lo mejor era estar
callada. Cuando volví a mirar lo que ocurría, Pablo ya se había
despertado, y escuchaba algo que el director le estaba diciendo en el
oído. El director estaba de espaldas a mí, pero Pablo podía verme
perfectamente, así que le hice señas indicándole que no se
olvidara de lo que tenía que hacer. Pero algo fallaba. Pablo no me
miraba, sino que escuchaba al director como hipnotizado, y eso era
extraño. Entonces, el director se acercó a mí, y como a Pablo,
empezó a zarandearme. Abrí los ojos, y entonces, el director ordenó
a Pablo que me cogiera en brazos y me llevara hasta Jane. Pablo
obedeció. Creí que me iba a coger con suavidad, pero fue todo lo
contrario, me cogió con tal brusquedad, que pegué un grito de dolor
a causa del tobillo, que se me había balanceado dolorosamente. El
director y Pablo me miraron con cara “¿y a ti qué te pasa?”, y
después siguieron lo que habían interrumpido antes para mirarme. El
director caminaba detrás de Pablo sonriente y Pablo andaba a paso
rápido, hasta que llegó a la sala principal del castillo, donde en
lo que parecía un trono estaba sentada la bruja Jane. Yo sólo la
había visto con el aspecto de mi madre, así que cuando la vi, me
horroricé por su aspecto. Jane tenía el aspecto de haber luchado
muchas guerras. Tenía heridas por todo el cuerpo, lo que hacía que
su ropa tuviera cortes. La piel la tenía pálida como el mármol, y.... estaba calva:
Al ver mi cara de asco, la
bruja Jane se rió:
-¡Ja, ja, ja!¡Mirad cómo me
mira!-ordenó a Pablo y al director- Lo que no sabes es que dentro de
muy poco tiempo, ya no seré un alma.Volveré a la vida y a la
juventud que antaño tenía-dijo dirigiéndose a mí-. Pero para que
eso suceda, tengo que matar a los elegidos-y volvió a reírse por la
cara de horror que puse-. Pero no de uno en uno, sino no sería
divertido. Os mataré con un potente hechizo a todos juntos. Así
podréis veros las caras por última vez, ¡ja, ja, ja! Y ahora,
¡Pablo, déjala en el suelo!
Al ver que Pablo iba a dejarme
en el suelo, preparé mi pierna izquierda para sostenerme a pata
coja. Al quedarme de pie, Jane me miró con extrañeza. Supuse que se
preguntaba por qué estaba a la pata coja, pero entonces se encogió
de hombros y siguió hablando:
-Bueno, te he llamado porque vas a
ser mi segunda elegida sirvienta. Pablo ya es mi sirviente, gracias
al hechizo que tu ex-director le ha hecho.
Entonces caí en la cuenta de
por qué Pablo escuchaba anteriormente tan atento al director:
-Y ahora te toca a ti-dijo Jane-.
Dile adiós a tu memoria, porque a menos que yo muera, nunca la
recuperarás.
Tras decir esto, Jane empezó a
acercarse a mí. Pensé que todo estaba acabado. Éramos ocho
elegidos, y sin Pablo y sin mí serían seis. No podrían acabar con
Jane a menos que el mago Nicolás les ayudara. Así que me preparé
para mi final.
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