Capítulo 1: Las entradas (Best Song Ever)

                                  Narra Natalia                  

-Maybe it's the way she walked, straight into my heart and stole it
Through the doors and past the guards, just like she already own it
I said can you give it back to me, she said never in your wildest dreams...-empiezo a tararear-.

Madre mía. Que bien cantan esos chicos, y más su nueva canción, Best Song Ever. Adoro a One Direction, es mi grupo musical favorito, con mucha diferencia. Mis mejores amigas, Ana, Sam, Megan y Marta, también son directioners, bueno, no todas. Marta odia a One Direction, sobre todo odia cuando las demás nos ponemos a pegar saltitos cuando escuchamos sus canciones.

En una semana es mi diecisiete cumpleaños. No tengo planeado nada por ahora, aunque lo que deseo es una noche de chicas con mis amigas, pero aún tengo que llamarlas. Cojo mi teléfono y me meto en la lista de contactos. A la primera a la que llamaría sería a Sam. Las dos sentimos una debilidad hacia uno de los cinco integrantes de One Direction, Zayn Malik. Es que es tan guapo y sexy. Algunas que otras veces nos peleamos por él, como si fuera un muñeco el pobre. A lo que iba. Marco el número de Sam y tras tres bips, me responde su animada voz:

-¡Hola, Nata!

-¡Hola, gordi!-respondo sonriente-. Verás, te llamo, porque como seguro que sabes, en una semana es mi cumpleaños.

-¡Claro que lo sé tonti! ¿Pensabas que se me había olvidado?

-¡Nooo! Sólo te llamo para decirte que estaba pensando en hacer una noche entre chicas, invitándote a ti, a Ana, a Megan y a Marta.

-El problema con Marta es que la pavita no se querrá pasar la noche escuchando canciones de One Direction-dice riendo-.

-Pues haremos otra cosa. Qué le vamos a hacer si a la guarra no le gusta One Direction.

-Pues yo creo que Liam le parece guapo. Jajajaja.

-No sé yo... Bueno, si hacemos lo de la noche de chicas, será este sábado. ¿Podrás venir no?

-¡Claro que sí, peque! ¡No me perdería tu diecisiete cumpleaños por nada ni nadie!

-Hombre, si fuera por Zayn, te aseguro que no vendrías-río-.

-¿Y tú que sabes?-pregunta descojonándose-.

-De todas formas, Zayn es mío-bromeo-.

-¡Ni hablar! ¡Es mío!-replica Sam-.

-¡No!

-¡Sí!

-¡No!

-¡Sí!

Y otra vez empezamos a pelearnos por Zayn. Dios, cómo somos. Cuelgo riéndome y marco el número de Ana. Suenan varios bips seguidos, hasta que sale el buzón de voz. Le dejo un mensaje diciendo que me llame lo antes posible, que es importante. Después, marco el número de Megan, la mayor del grupo. Suenan dos bips y me contesta la voz de un chico:

-¡¡¿¿QUIÉN ES??!!-es su saludo-.

-Soy Natalia, la amiga de Megan. ¿Quién eres tú?

-¡¡NADIE!! ¡¡NO VUELVAS A LLAMAR!!

Antes de que el chico cuelgue, escucho a Megan llorando. Supongo que ese chico sería otro de los muchos ligues de la chica. Lo que no entiendo es por qué había gritado de esa forma. Un poco enfadada por la razón de que dos de mis cuatro amigas no me hubieran contestado, marco el último número que me queda: el de Marta, la antifan total de One Direction. Suenan cuatro bips, y cuando pienso que sonaría el buzón de voz, me contesta una voz somnolienta bostezando:

-¿Sí?

-Hola zorri-digo riendo-. Creo que te he despertado.

-Pues sí, Nata.

-Bueno, sólo quería decirte que este sábado por mi cumple voy a hacer noche de chicas, contigo, Ana, Megan y Sam. Nos pasaremos toooda la noche escuchando música de One Direction-río por lo bajo-.

-¿¡Qué?!-grita-. ¡No por favor, todo menos eso!

-Jajaja. De acuerdo. ¿Pero vendrás no?

-Claro que sí. Intentaré no ir de fiesta la noche antes.

-Ya, ya... Bueno zorri, te dejo, que tengo que hacer un recado.

-De acuerdo preciosi. Un besito-se despide-.

-¡Un beso!-le correspondo-.

Cuelgo el telefóno alegre. Por lo menos dos de cuatro vienen seguro. Ahora sólo tengo que esperar a que Ana me conteste el mensaje y a que Megan termine esa charlita con el tío de taan buen humor (irónico). De todas formas, estoy acostumbrada a que desde el móvil de Megan me conteste un tío, a veces respirando agitadamente y otras gritando, como el tío de antes.

Cojo mi bolsito de mano, donde llevo mi móvil, mi pintalabios y el monedero, y salgo de casa, sin saber que en un lugar muy cercano ocurriría dentro de poco algo inolvidable.

                                                 Narra Sam

 

    Bueno, como sólo Marta me ha contestado al telefóno, tendremos que ir las dos solas a comprar las entradas. Que pavas las otras dos, que tienen los móviles apagados. Salgo de mi casa después de hacerme la base y echarme un poco de rímel, y me dirijo a la parada de autobuses. Mientras espero a que el transporte llegue, pienso que hemos tenido muy buena idea al hacer que Nata no se entere de que hay un concierto de sus ídolos en Madrid. Vivimos en un pequeño barrio alejado de todos los aeropuertos, estaciones de tren... Y por lo tanto, de los folletos anunciando conciertos. Para que Nata no se enterara de que hay un concierto de One Direction a dos horas de aquí, sólo nos hizo falta avisar a todo el instituto de que no le dijera nada a Nata. ¿Qué por qué yo también voy al instituto a pesar de tener dieciocho años? Porque repetí cuarto de la ESO. A lo que iba. Fue fácil avisar al instituto. Sólo nos tuvimos que colar en el despacho del director un día que Nata había faltado a clase, y gritar por megafonía que no dijeran nada del concierto a la chica. Por supuesto, tuvimos que darles algo a cambio. Empezar una guerra de comida en la cafetería, para que nos regañaran a nosotras, por haber empezado. Estuvimos castigadas una semana, pero valió la pena. Ahora sólo falta comprar las cinco entradas, porque aunque Marta odie al grupo, también vendrá.