Narra Marta
Empezamos a caminar por las
calles, siguiendo a... ¿Niall era su nombre? Vale, ya basta Marta,
te estás dando cuenta de que te está empezando a gustar One
Direction, pero sobre todo... Liam. Era tan.. perfecto. Estaba
sufriendo por culpa de mis padres y del maldito bebé chino que van a
adoptar. Si ya no me hacían caso sin bebé, con bebé ya ni me
imagino:
-¿Te pasa algo Marta?-me sacó de
mis pensamientos Liam-.
-No, no me pasa nada,
gracias-dije, bajando la cabeza-.
-Conozco ese gesto en muchas
personas. Anda cuenta, hay confianza-dijo, pasando su brazo por mis
hombros-.
Me llevé las manos a la cara y
empecé a llorar. Liam me levantó la cabeza cogiéndome por la
barbilla:
-¡Eh! Tranquila, vamos,
cuéntamelo, te sentirás mejor-me animó, abrazándome-.
-Es-está bien-tartamudeé-.
Mis-mis padres no-no me hacen ca-caso, y ahora en-encima va-van a
adop-adoptar un bebé, y-y es como si no exis-existiera en este
mundo. Me-me siento sola-sollocé-.
-No estás sola-sonrió-. Me
tienes a mí y a tus amigas-me acarició el pelo-.
-Gracias Liam. Por cierto, son las
doce de la noche exactas. Estamos a 29 de agosto. Felicidades Batman.
-Gracias Marta. Has sido la
primera en felicitarme-me besó en la frente-. Y... ¿eres
directioner?
-No...
-¿Y cómo es que sabías el día
de mi cumpleaños?-dijo, sonriendo pícaro-.
-Emm.. allí vienen los
demás-cambié de tema-.
Si se entera de que me gusta,
me muero:
-¡¡FELICIDADES
LEYUUMMM!!-gritaron todos los demás, abrazándole con fuerza-.
¡¡VAMOS A UNA DISCOTECA Y A CENAR POR AHÍ!!-añadió Harry-.
-¡Tranquilos! ¡Tomároslo con
calma! Las chicas ya tienen que volver a casa ¿no?-dijo Liam, con
voz triste-.
-Pues la verdad es que...-empezó
a hablar Sam-.
-¡¡Quedémonos a dormir en un
hotel!!-dijo pegando saltitos Nata-. ¡¡Porfii, porfii, porfii!!
-¿Y el pijama?
-¡Dormimos en bragas
tonta!-replicó Nata-.
Los chicos carraspearon,
riéndose de la forma de pedir cosas de Nata:
-Estááá bieen-aceptó Sam-.
Marta, Ana, avisad a vuestros padres.
Me saqué el teléfono del
bolsillo a regañadientes y acompañada por Ana, me fui a un lado
para llamar a mis padres. Como no, dijero que sí, para librarse de
mí, como siempre. Ellos siempre tan ocupados con el papeleo de la
adopción del bebé:
-Ya estamos-dijimos Ana y yo al
unísono-.
-Bien. Pues a buscar un hotel-dijo
Megan-.
-De eso nos ocupamos nosotros.
Ahora a cenar a una pizzería-dijo Louis, sonriendo-.
-Ah, no. No nos pagaréis el
hotel-dijo Sam, frunciendo el ceño-.
-No hemos pedido vuestras
opiniones-dijo Zayn, riendo-. Vamos anda.
Y tras una pequeña discusión
sobre quién pagaría el hotel, pasamos la mejor cena de nuestras
vidas en una pizzería privada para los chicos, ya que sino llamarían
la atención y no podrían cenar tranquilos. Tras la divertida cena,
llena de bromas y chistes, salimos de la pizzería y vimos que fuera
nos esperaba una limusina:
-Ah, no-repitió Sam-. Esto si que
no-replicó-.
-¡Cállate tonta, y
aprovecha!-dijo Ana, riendo-.
-Eso mismo-dijo Niall-.
Nos montamos en la limusina,
Sam a regañadientes. Dentro era totalmente espaciosa, con doce
asientos colocados en forma de rectángulo. Eran de cuero negro, muy
cómodos. Tras veinte minutos de charla y risas, nos aparcamos
delante de un hotel, de cinco estrellas, seguramente carísimo, según
su aspecto exterior:
-Bienvenidas a nuestro hotel-dijo
Liam, sonriendo-. Pagaremos nosotros Sam, así que no repliques
más-rió-.
Sam se calló, haciendo caso a
Liam, y nos bajamos de la limusina, yo de la mano de Leyum. Entramos
en el hotel y mientras Louis, el más mayor, reservaba las
habitaciones y demás, nosotros subimos todos a la habitación de
Liam y Harry, la más grande. Allí nos sentamos en los tres sofás
que había, y esperamos pacientes a que llegara Louis. Por fin, llegó
acompañado de una alta mujer con el pelo negro, bien maquillada y
peinada, ataviada de un vestido blanco de tirantes largo hasta las
rodillas. Aparentaba unos veinti pocos años:
-Os presento a Cristina, nuestra
nueva fotógrafa-dijo Louis, sonriendo-.
Narra Megan
No me gustaban las formas de
esa tal Cristina de mirar a Louis. Pero qué digo. Louis no es mío,
está soltero. Si Cristina quiere algo con él, no es mi problema.
Además, fui yo misma la que le dijo a Louis que necesitaba más
tiempo cuando casi hacemos el amor:
-Hola chicas y Zayn, Liam, Niall y
Harry. Soy Cristina Móntez, mitad española mitad inglesa. Soy la
fotógrafa de One Direction-se presentó, sonriendo-. Sois muy
guapas, tal vez podría fotografiaros y convertiros en modelos y...
-Tranquila Cris-dijo Zayn-. Están
cansadas. Hablaréis de esas cosas de chicas otro día-rió-.
-No son cosas de chicas. Son cosas
de fotógrafas, modelos, y chicas guapas-replicó Cristina
sonriendo-.
-Lo dicho. Cosas de tías-dijo
Harry, riendo-.
-Pesados. Venía para avisaros de
que mañana tenéis una prueba de fotos en La Casa del Libro, en la
Gran Vía, para la firma de un nuevo libro vuestro. También era para
deciros que vuestro avión privado se ha estropeado, y como no tenéis
más conciertos hasta dentro de un mes, podéis quedaros aquí tres
semanas más.
-¡Estupendo!-se le escapó a
Liam-. Quiero decir, que nos veremos y conoceremos mejor-sonrió-.
-Exacto. Y yo podré haceros unas
pruebas para modelos, chicas, si queréis-sonrió amable-.
-¡A mí me encantaría!-saltó
Megan-.
-¡Y a mí!-exclamó Nata-.
-A mí lo que me gustaría sería
ayudarle con las fotografías. Estoy estudiando para ser
fotógrafa-añadió Sam, educada-.
-¡Por supuesto querida! Por
cierto, no me habléis de usted, me hace sentir mayor. ¿Y vuestros
nombres son?
Nos presentamos y, contentos
por las buenas noticias de que los chicos se quedarían más tiempo y
de que mañana tenían una sesión de fotos y una firma de libros en
La Casa del Libro, bajamos por el ascensor hasta el restaurante
principal, que a estas horas, estaba medio vacío:
-Por cierto-saltó Louis, en la
entrada del restaurante-. Vuestras llaves. Megan, como eres la mayor
de las chicas, dormirás en un cuarto sola. Marta compartirá
habitación con Nata y Ana con Sam. ¿Os parece bien?-añadió-.
-¡Perfecto!-dijimos las chicas al
unísono-. Gracias por dejarme una habitación para mí sola,
Lou-añadí, sonriente-.
-No hay de qué. Vamos a comernos
nuestros postres, que no comimos en la pizzería, mientras Cristina
cena.
Nos sentamos en una mesa, y
tranquilos, hablamos y reímos, hasta pasadas las tres de la
madrugada:
-Creo que ya es hora de
dormir-dijo Sam-.
-No seas aguafiestas Saam-dijeron
Nata y Ana al unísono-.
-No, tiene razón, es tarde-dijo
Liam, que había estado junto a Marta todo el tiempo-. Vamos a
dormir.
-Estááá bieen-dijimos todos los
demás al unísono-. Es lo mejor, ya que mañana a las diez os espero
a los chicos en La Casa del Libro. Y las chicas venid también
porfii, me gustaría que apareciérais en la revista Vevo con
ellos-dijo Cris sonriendo-.
-¡No! Levantaría
sospechas-dijimos todos-.
-Lo que queráis chicos. Me voy a
mi habitación. ¡Hasta mañana!-se despidió la fotógrafa-.
Cris salió por la puerta del
restaurante y desapareció en el interior del ascensor:
-Bueno, nosotros también nos
vamos a dormir-dijo Louis-.
Llamamos al ascensor y subimos
a nuestra planta. Nuestras habitaciones estaban frente a la de los
chicos:
-¿Y cómo es que éste hotel no
está lleno de paparazzis?-pregunté-.
-Le pedimos al personal que no
dijeran nada a los periódicos-contestó Liam-.
-¿Y no lo hicieron?-dijo
sorprendida Sam-.
-Tuvimos que darles una pequeña
cantidad de dinero a cambio-dijo Louis, evitándome la mirada-.
-Ah, de acuerdo.
El ascensor se abrió y cada
uno se dirigió a su habitación y cerró la puerta, excepto yo y
Louis. Me acerqué a él y le dije:
-¿Por qué estás así conmigo?
Siigueelaa
ResponderEliminarNecesito mas comentarios, en las dos novelas :)
EliminarSube el siguiente de esta y de la otra novela o esta noche aparezco en tu cuarto y te mato .__.
ResponderEliminarUn besoo
jajaja, viste mi estado en tuenti? dale like!! de la mente magica subo mañanaa :) no eres capaz de matarme, jejejeje :))
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