Capítulo 4: Cumpleaños con sorpresa incluida (Best Song Ever))

                                        Narra Natalia

    Por fin entramos en mi casa. La he ordenado un poco para la ocasión, incluida mi habitación, que muy poco a menudo ordeno, ya que sino después no encuentro mis cosas. Indico a las chicas que se instalen el sofá, de cinco plazas, justo las justas para las cinco. Que relío de palabras me hago en la cabeza, jiji. Me dirijo a la cocina, a por los vasos y platos para la pizza que he cocinado exclusivamente para esa noche. Al volver al salón, veo que las demás están sacando lo que han traído de sus mochilas o bandoleras, en el caso de Ana. Patatas, botellas de Coca Cola y Fanta, de naranja y limón, cerveza para Sam y Megan, incluso para mí, una cero cero, bocadillos, aunque no hacen falta, y... ¿un pequeño papel? A Ana se le ha caído algo de la bandolera. Cuando voy a recogérselo, preguntándome qué sería, Ana lo coge rápidamente, lo mira sin ver nada y me dice:

-No es nada tranqui. Sólo un antiguo ticket del súper.

Lo vuelve a guardar en el pequeño bolsillo de su bandolera, y me mira sonriente, como si nada hubiese pasado:

-¿Y por qué no lo tiras?-pregunto-.

-Me gusta coleccionar tickets del súper para ver cuánto me gasto en chucherías-responde rápidamente-.

-Ahora me entero. Rarita-añado sonriente-.

Me acerco y le doy un beso en la mejilla. Me siento en el sofá junto a Sam, le doy también un beso, y me parto un trozo de pizza:

-¿No hay peli?-pregunta sonriendo Megan-.

-Sí que hay. Pero el mando está muy lejos-río-.

-Floja-me dice Marta-.

Megan se levanta y coge el mando. Enciendo la tele y aparece una especie de programa en el que un hombre ve el futuro. El desconocido lleva un pañuelo en la cabeza. Al oír la forma en la que habla, empezamos a descojonarnos. Nos manchamos los pijamas de salsa de tomate, pero nos da igual. Me levanto del sofá y meto en el DVD la película que tenía planeada: Posesión Infernal:

-Os vais a cagar-aviso a las demás-. Yo la he visto y por la noche no me podía dormir. Para colmo recibí un mensaje por WhatsApp de esos típicos que dicen que si no mandas esto a no se cuantas personas te mueres y tal. Por primera vez en mi vida le hice caso al puto mensaje.

-Jajaja. Cagona. Apuesto diez euros a que no grito en ninguna parte de esta peli-dice Sam-.

-Venga vale. Yo apuesto con las demás veinte euros a que sí que gritas-respondo-.

-Trato hecho-añade Sam, competitiva-.

La película empieza. Los primeros diez minutos sólo Marta y Ana gritan, las más asustonas. Ya vamos por la mitad. Sam aún no ha gritado. Maldita sea, al final se va a ganar sesenta euros esa noche.

Es casi al final de la peli cuando suena a victoria. De repente aparece un puto demonio o lo que sea, aunque en ese momento le adoro, con un cuchillo en la mano, y dice: Vais a morir todos. Está lleno de sangre y aparece de improvisto, lo que hace que Sam grite:

-¡¡Síííí!! ¡¡Ganamooos!!

Choco las manos con Marta, Ana y Megan, y empiezo a saltar como loca, haciendo caso omiso al resto de la peli. Las demás me acompañan, Sam un poco enfadada porque nos tenía que dar diez euros a cada una, en total cuarenta euros. Aún así, empieza a saltar con nosotras, locas todas:

-And we dance all night to the best song ever
We knew every line, now I can't remember
How it goes, but I know that I won't forget her
'Cause We dance all night to the best song ever

I think it went oh, oh, oh
I think it went yeah, yeah, yeah
I think it goes-cantamos todas al unísono, repito, todas-.

-Martaaa, ¿qué haces tú cantando Best Song Ever?-ríe Ana-.

-Bueno, ¿qué? Esta canción me gusta.

-Jajajajaja-reímos-.

De repente suenaa un pitido. Y después otro y así sucesivamente. Es una alarma de teléfono:

-¡Es mío!-grita Sam-. ¡Ya son las doce de la noche! ¡Felicidades pequeeee! ¡Te quierooo!

Sam se acerca a mí y me da un abrazo que me deja sin respiración. Las demás vienen y nos empujan. Caemos al suelo riendo. Estamos locas, y eso que todavía no hemos bebido cerveza.

Cuando deshacemos el abrazo, se levantan todas y se dirigen a sus mochilas. Es la hora de la entrega de regalos.

                                                     Narra Ana

    Llega la hora de los regalos. La entrada será lo último, ya que es un regalo entre todas. Primero le entregaremos los regalos individuales. Decidimos ir por orden alfabético, así que empiezo yo:

-Bueno, Nata. Sólo te conozco desde hace... déjame que calcule.... ¿Seis años? Jajajaja. Peque te quiero mucho, me caes genial, este es uno de los muchos cumpleaños que pasaremos juntas, espero, y no cambies nunca, porque eres perfecta tal y como eres-digo sonriente-.

A continuación saco mi mano de detrás de la espalda y le entrego a Nata un pequeño paquete cuadrado, envalado con paquete de regalo. Nata se acerca a mí y con lágrimas en los ojos me da un gran abrazo, y esto sólo acaba de empezar. Natalia es muy sensible. Cuando le demos su entrada ni me imagino cómo se va a poner:

-Nata, mi Nata de fresa-empieza a hablar Marta-. Felicidades, que sepas que te quiero mucho, que aunque en otra época pasaste de mí, cambiando de tema, nos lo vamos a pasar de puta madre toda la noche. TE AMO.

    Nata, sorbiendo por la nariz, se acerca a Marta y le da un abrazo. Las dos son más o menos de la misma altura, pero las demás les sacamos casi una cabeza. Marta le entrega un paquete sin envalar, aunque ya es lo suficientemente bonito. Natalia no quiere ver lo que es hasta recibir todos los regalos, así que, con los ojos cerrados, posa el paquetito encima de mi regalo.

-Ejem, ejem. Martita, te has saltado el orden alfabético-dice Megan-. Debería de haber ido yo antes-ríe-.

-Te equivocas-dice sonriente-. La “a” va antes que la “e”. Pava-río-.

-Bah, pero ahora sí que me toca-dice Megan como una niña pequeña-. Nata, peque, gordi, fea, guarra, puta, zorra... Te hemos puesto motes de todo, y tú nos has aguantado y soportado. Cuando nos comportamos como niñas chicas, exclusivamente yo-añade riendo-. Cuando salgo con chicos que no debería y tú los mandas a la mierda con una patada en los huevos incluida-nos decojonamos todas-. Y qué más decirte. Que eres mi pequeña peque-peque, que ya te saco más de una cabeza.

-Gilipoyas-dice Natalia riendo, a la vez que abraza a Megan-.

La chica se saca un pequeño saquito de papel de color rosa con estampado de flores del bolsillo y se lo entrega a Natalia. La cumpleañera lo coge y con sumo cuidado, dándose cuenta de que debe de ser frágil, lo posa al lado de mi regalo. Sólo falta el regalo de Sam, eso quiere decir que queda poquísimo para que le demos la entrada a Nata:

-Mi peque, mi enemiga por Zayn-ríe maliciosamente-. Hoy es tu día, así que te dejo a Zayn. Hoy es toooodo tuyo.

-Bieeen-dice Natalia-.

-Que sepas que te quiero mucho, que tenemos muchas discusiones, lo sé, pero que aún así me soportas y me aguantas, como si fueras tú la adulta y no yo. Así que este es mi regalo.

Sam saca una preciosa pulsera de diamantes verdes de su bolsillo y se la coloca a Nata en la muñeca. Feliz, la chica le da un abrazo de los grandes a Sam y cuando se dispone a empezar a abrir los regalos, digo:

-Alto ahí, aún queda uno-sonrío-.

-¿Qué? ¿Tienes otro?

-Más o menos. Es un regalo especial que te hemos comprado entre las cuatro.

-Adelante-dice emocionada-.

Poco a poco, con los nervios a flor de piel, Sam va sacando algo de su mochila, al igual que nosotras. Al terminar, cada una tenemeos un pequeño papelito en la mano, menos Sam, que tiene dos:

-Ana... ¿Ese no es el papel que se te cayó antes de ver la peli?

-Es algo más que un papel-dice Marta, sonriendo-.

-¿Qué es?-pregunta Nata, curiosa-.

Sam se acerca a ella, y le da la vuelta a uno de los pequeños papeles que lleva. Tras leer lo que pone, Nata grita llorando de emoción:

-¡¡¡¡AY DIOS MÍO, DIOS, DIOS, DIOS, DIOS, DIOS, OS AMOOOOOOOOOO!!!!