Free Mustache Pink Glitter Lefty - Pointer 1 Cursors at www.totallyfreecursors.com

Seguidores

sábado, 31 de agosto de 2013

Capítulo 11: La Casa del Libro (Best Song Ever)


                                                       Narra Natalia

-¿Nos vamos ya o qué?-les dije a los demás, que estaban todos muy raritos-.
Megan y Louis apenas se miraban, y cuando lo hacían, se sonrojaban como tomates y se alejaban. Marta y Liam estaban juntitos todo el rato, Marta sonrojada y tímida. Sam siempre estaba en las nubes, pensando en algo que nosotras no sabíamos. Zayn y Harry se reían a ratos, recordando algo que había pasado esa mañana, y que yo no recordaba. Niall evitaba siempre mirar a Sam, y cuando se cruzaban sus miradas, el chico se sonrojaba y miraba hacia otro lado. Sólo yo estaba normal:
-¿Tierra llamando a tooodooos?-grité-.
-Emm.. sí, sí-dijo Sam, saliendo de sus pensamientos-. Vamos, que llegamos tarde.
Nos metimos en el ascensor, bastante espacioso, y bajamos a recepción. Salimos del hotel, separados, excepto yo y Niall:
-Ey, Niall, ¿qué te pasa?-le pregunté en susurros-.
-Nada...-dijo, sonrojándose-.
-Oh, vamos, cuenta. Confía en mí-le animé-.
-Está bien.
Sin que se dieran cuenta los demás, nos separamos un poco del grupo y Niall empezó a contarme lo que le pasaba:
-Me gusta Sam, bueno, que la quiero. No me atrevo a decírselo, y esta mañana le dejé una nota en su almohada que ponía “Te quiero”, pero que no decía de quién era. Ella quiere a Zayn-sollozó-.
-No te preocupes Niall. Mucho antes de que le gustara Zayn, su debilidad eras tú-me inventé para animarle-.
-No es verdad-dijo, con lágrimas en los ojos-.
-¡Sí lo es! Además, te ayudaré a conquistarla-sonreí-.
-¿Cómo? Soy un marginado...-sollozó-.
-¡No digas eso que me muero! ¡Eres genial Niall! ¡Eres, eres.. perfecto!-le animé-.
-Gracias-dijo, ya más contento-.
-Estamos llegando a La Casa del Libro. Hablamos más tarde y ya veré como te puedo ayudar ¿vale? Pero anímate-le dije, y le besé en la mejilla-. Vamos.
Le cogí de la mano y le llevé hasta el grupo, que no se había dado cuenta de nada:
-Oye, ¿no crees que los demás, aparte de Sam, están un poco raros?-le pregunté a Niall-.
-Tienes razón-rió-. Anda que Megan y Louis. Algo les pasa. ¿Has visto cómo se miran?
-Es verdad-respondí, sonriendo pícara-. ¿Crees que algo les ha pasado?
-Es lo que acabo de decir.
-No, me refiero a... si están enamorados.
-Puede-rió-.
 
                                      Narra Ana

Estamos todos muy raros hoy ¿eh?, pensé. Además, desde hace un rato, Niall y Nata no paran de cuchichear y reírse. ¿De qué hablarán?:
-Ya hemos llegado-anunció Zayn, que iba delante-.
Entramos en La Casa del Libro, y allí nos esperaba Cristina, rodeada de una gran multitud. En cuanto los chicos entraron, las fans empezaron a gritar como locas, a hacer fotos, vídeos... Algunas les tiraban de la ropa, hasta que una me tiró al suelo:
-¡Au!-grité, frotándome el culo-.
Nadie me hacía caso, hasta que Harry me vio y me tendió la mano para ayudarme a levantarme:
-Gracias-dije, ya de pie-.
Por fin, atravesamos la masa de gente y llegamos a donde estaba Cristina:
-Buenos días, chicos-nos saludó, y nos dió besos en las mejillas-. Bien, chicos, sentaros, chicas, venid conmigo. Id firmando libros y respondiendo preguntas, chicos.
Cristina nos guió hasta la parte trasera de la tienda, en la zona de libros de los chicos:
-Bien, me gustaría que me hiciéseis un favor. Como el libro nuevo ha salido hoy, una masa de fans ha desordenado esta librería. El encargado me ha dicho que la ordene, pero ahora mismo no tengo tiempo. ¿Lo haríais por mí?-sonrió falsamente-.
-Está bien-dije-. Qué remedio-añadí en mi mente-.
Cristina se fue, dándonos las gracias, y volvió con los chicos, que firmaban libros, se hacían fotos y respondían preguntas de las fans:
-Oye, ¿no creéís que Cris lo ha hecho aposta para libarse de nosotras?-preguntó Megan, que desde el principio no le cayó bien Cristina-.
-No creo tía, si ayer quería que viniésemos-contestó Marta-.
-Ya, pero, aún así, lo veo raro. A lo mejor quería que viniéramos para hacer el trabajo sucio-replicó Megan-.
-No seas así. Cris es buena-dije, recogiendo libros y colocándolos en su lugar-.
 
                                             ***

-Chicas, recoged los restos de papeles de la mesa-nos dijo Cristina-.
-Pero...-me quejé-.
-Ni peros ni nada. Ahora.
Y se fue con los chicos, que estaban en la entrada. Se les escuchó hablar de nosotras, y poco después, salieron por la puerta, los chicos no muy seguros:
-Esto es juego sucio-me quejé-. Hacemos todo lo duro.
-Y lo dice la que decía antes que Cris era buena persona-murmuró Megan-.
-Te he escuchado.
-Lo sé.
-Chicas, dejad de discutir y recoged papeles-dijo Sam, también de malos humos-.
-¿Y a ti qué te pasa?-pregunté-.
-Que esta mañana alguien le dejó una nota diciéndole que la querían-se le escapó a Nata-.
-¿Cómo, cómo lo sabes?-preguntó Sam, preocupada-.
-Porque lo sé-fue lo único que se le ocurrió a Nata-.
-Después hablamos-contestó Sam, enfurecida-.
Continuamos recogiendo papeles y desperdicios y al terminar, salimos de La Casa del Libro y miramos a nuestro alrededor. Cerca de allí había una cafetería, así que entramos para tomarnos un café. Allí vimos a los chicos, sentados en una mesa redonda. Estaban todos menos Louis y Cristina. ¿Dónde están estos dos?




El nuevo personaje: Cristina


Cristina Móntez tiene 24 años. Aparenta mucho menos, y eso le alegra, ya que le importa mucho su aspecto. Desde hace poco, es la nueva fotógrafa de One Direction, gracias a su padre, que le consiguió el trabajo pagando mucho dinero. Lo hizo para alegrar a su hijita, que siente una atracción terrible por Louis Tomlinson. Con sus armas de mujer intentará conquistarlo, pero poco a poco, se dará cuenta de que su corazón no le pertenece.

Capítulo 10: Nota (Best Song Ever)


Narra Louis

¿Qué le digo? Ahí está mirándome, con una mirada asesina, como si no le gustara que.... No le tratara como si la quisiera como a más que una amiga:
-¿No te gusta que te trate así?-dije-.
-Mira Louis, yo te pedí tiempo, no que pasaras olímpicamente de mí-se cruzó de brazos-.
-No paso de ti, sólo que te trato como sino te amara-contesté-.
-¿Y por qué? ¿Ya no me quieres?-puso pucheritos-. Me refiero... de esa forma.
-Haber Meggie, fuiste tú la que me pidió tiempo-sonreí-.
-Pues no quiero más de ese tiempo-sonrió pícara-. Vamos a mi habitación.
Sin poder aguantarme más, la besé en el pasillo, empujándola contra la pared. Ella, de espaldas a la puerta de su habitación, metió la tarjeta-llave a ciegas y empujó la puerta. La abrió, y sin encender las luces, caímos en la cama. Empezamos a desvestirnos el uno al otro, hasta quedarnos en ropa interior. Cuando fui a ponerme encima suya, ella me susurró en el oído:
-Aquí mando yo.
Y esa noche, incumpliendo el tiempo pedido, hicimos el amor.


                                                          ***


Narra Zayn

Me desperté poco a poco, escuchando gritos desde algún lugar muy cerca de aquí. Pensé que serían unos huéspedes pesados, pero al final reconocí las voces: Eran Sam y Nata, y parecía que se gritaban la una a la otra en mitad del pasillo. A veces pronunciaban mi nombre. ¿Qué demonios pasaba ahí fuera? Al final nos echaban del hotel. Me levanté de la cama, y ataviado sólo con los pantalones del pijama, salí al pasillo. Allí estaban Sam y Nata rodando por el suelo, tirándose de los pelos, y Marta y Ana partiéndose de risa, apoyándose en la pared:
-¡Ey, chicas, chicas, parad!-grité-.
Ellas dejaron de tirarse de los pelos, y al verme, se levantaron enseguida y me abrazaron:
-¡Ella dice que eres suyo!-gritó Nata, como una niña pequeña-.
-¡Y ella dice que no, que eres suyo!-replicó Sam, sacándole la lengua a Nata-.
-Haber, estoy tratando con niñas, ¿o con adultas?
-¡Con adultas!-saltó Sam-.
-Creo que el alcohol no os ha sentado muy bien. A la cama-pasé un brazo por los hombros de Nata y otro por los de Sam y las llevé cada una a su habitación. Las puse tendidas en su cama y cerré la puerta:
-Ana, Marta. Cuando se bebe alcochol normalmente al día siguiente tienes una resaca muy grande, si no estás acostumbrado. Estás dos NO tienen resaca. Están borrachas, otra vez-reí-.
-Bueno, puede que hayamos bebido dos o tres vasos de whiscky al despertarnos-dijo Marta, que aún se partía de risa-. Ana y yo estamos acostumbradas, pero Nata y Sam nunca beben. Queríamos reírnos.
-Jajajaja-rió Ana, cayéndose al suelo-.
De repente, salieron Harry y Liam de su habitación, frotándose los ojos:
-¿A qué vienen tantas risas a estas horas de la mañana?-dijo Liam, mirando la hora en la pantalla de su móvil-.
-Estas cuatro están borrachas-dije riendo-. Bebieron whiscky en cuanto se levantaron. Tía, Ana para, ¡tu risa es muy contagiosa!-dije, sin poder parar de reír-.
Ana se levantó del suelo, se apoyó en Marta, y las dos cayeron al suelo, partiéndose de risa:
-El suelo se mueve-dijo Marta, riendo-.
-Con que acostumbrada ehh-dije, sonriendo-. Ayudadme chicos, hay que llevarlas a la cama. Creo que no están en estado de ir a La Casa del Libro.
-Son las siete de la mañana. Si duermen, tienen tiempo de recuperarse-dijo Harry, también contagiado por la risa de Ana-. Vamos a despertar a todo el mundo. Anda, ven Marta.
Liam se agachó y cogió a Marta como un saco de patatas, lo que hacía una escena ridícula, ya que Marta estaba aún partiéndose de risa. Harry cogió de la misma forma a Ana, y a cada una las llevaron a su habitación.
Narra Liam

-Vamos, Marta, cállate. Despertarás a Nata-reí-.
Posé a la chica en su cama, y de repente ésta dijo:
-Anda Leyum, metéte conmigo en la cama. Tengo frío-tembló-.
-Está bien.
Quité la sábana y me metí con ella entre las sábanas. Ella me abrazó y se quedó plácidamente dormida, con la cabeza apoyada en mi pecho:
-Pero qué mona está calladita y dormida-dije, sonriendo-.
Le besé en la frente, y al cabo de unos minutos, también me quedé dormido.

Narra Harry

Tras dejar a Ana en su cama, salí de su habitación y me encontré a Zayn paralizado aún en el pasillo:
-Gracias por pedir mi ayuda ¿eh?-dijo, pegándome un codazo en el pecho-.
-No estás cachas-reí-.
-Mira quién habla.
Tras reírnos, entramos en nuestras habitaciones, y yo me tumbé en la cama. ¿Dónde demonios está Liam? Qué pervertidos todos. El tío aprovechando que Marta está borracha. Reí por lo bajo. Por cierto... ¿y Louis y Megan? Estarían fritos, cada uno en su habitación. O no, pensé, pícaro. Se había visto química entre ellos. ¿Dónde estarían?

Narra Megan

Desperté entre sus brazos desnudos, que me rodeaban el cuerpo. Miré a mi alrededor, ¿pero qué demonios había pasado entre Louis y yo? ¿Anoche, cuando estábamos borrachos, pasó algo? Me quité sus brazos de encima y me dirigí a la ventana. Desde allí se veía gran parte de la gran ciudad de Madrid. Los coches circulaban, las personas caminaban por las calles hacia el metro para ir al trabajo... Miré la hora: ¡Las nueve! ¡Los chicos tenían que estar en La Casa del Libro a las diez! Volví a la cama y zarandeé despacio a Louis, que al cabo de un minuto, comenzaba a abrir los ojos. Poco después se incorporó, me besó y me dijo sonriente:
-Buenos días, princesita.
-¿Qué pasó anoche?-pregunté, confundida-.
-¿No te acuerdas?-respondió Lou, bajando la cabeza-.
-¿Hicimos el...? Ya sabes-carraspeé-.
-Sí-respondió, avergonzado-. Pensaba que lo hacías a sabiendas, no sabía que estuvieras borracha. No lo parecía-explicó-. Es más, eras tú la que quisiste.
-No me acuerdo de nada. Y entonces... esto, ¿qué significa? ¿Empezamos una relación u... olvidamos esta noche para siempre?-tragué saliva-.
-Lo que tú quieras-respondió Lou, levantándose de la cama sin mirarme-.
-¿Qué te pasa? ¿Estás enfadado conmigo? Por cierto, no le contemos nada de esto a nadie, por ahora.
-No, es sólo que... Si me quieres, no deberías pensar tanto en las cosas. Tienes que seguir a tu corazón, no a tu mente. No se lo contaré a nadie.
Dicho esto, se metió en el cuarto de baño y empezó a escuharse el agua de la ducha. ¿Qué me pasaba? Yo le quería, pero no de esa forma. Era una forma extraña. ¿Yo lo quería de verdad, o sólo como... fan? Me asusté. Lo habíamos hecho, a pesar de estar yo borracha. Recordaba cosas de la noche anterior. Me gustó, pero, no sé por qué razón, me daba miedo empezar algo con Lou. Tal vez me asustaba la fama, no llevar una vida normal. Aunque anteriormente le había dicho a Lou de no contárselo a los demás, necesitaba consultárselo a mis amigas, urgentemente.

Narra Sam

Abrí los ojos poco a poco, sintiendo grandes punzadas en la cabeza. No recordaba nada de lo que había pasado anoche. A mi lado estaba Ana, en su cama, frita como un tronco. Con dolor de cabeza, me levanté poco a poco, y me dirigí al cuarto de baño. Qué mala cara, pensé, mirándome al espejo. Me desvestí, decidida a ducharme. Encendí el agua y me metí en la ducha. El agua caliente caía por mi cuerpo, destensando mis músculos y aliviando mi dolor de cabeza. Tras quince minutos de tranquilidad, me enrollé con una toalla y me dirigí a mi cama. Cuando llegué, vi que tenía una pequeña nota sobre la almohada. En ella estaba escrito “Te quiero”, pero no ponía ningún nombre de quién la habría podido escribir. La guardé en el pequeño bolsillo de mi bolso de mano, sonriente. Deseaba que esa nota fuera de Zayn.




jueves, 29 de agosto de 2013

Capítulo 9: Cristina (Best Song Ever)


Narra Marta

Empezamos a caminar por las calles, siguiendo a... ¿Niall era su nombre? Vale, ya basta Marta, te estás dando cuenta de que te está empezando a gustar One Direction, pero sobre todo... Liam. Era tan.. perfecto. Estaba sufriendo por culpa de mis padres y del maldito bebé chino que van a adoptar. Si ya no me hacían caso sin bebé, con bebé ya ni me imagino:
-¿Te pasa algo Marta?-me sacó de mis pensamientos Liam-.
-No, no me pasa nada, gracias-dije, bajando la cabeza-.
-Conozco ese gesto en muchas personas. Anda cuenta, hay confianza-dijo, pasando su brazo por mis hombros-.
Me llevé las manos a la cara y empecé a llorar. Liam me levantó la cabeza cogiéndome por la barbilla:
-¡Eh! Tranquila, vamos, cuéntamelo, te sentirás mejor-me animó, abrazándome-.
-Es-está bien-tartamudeé-. Mis-mis padres no-no me hacen ca-caso, y ahora en-encima va-van a adop-adoptar un bebé, y-y es como si no exis-existiera en este mundo. Me-me siento sola-sollocé-.
-No estás sola-sonrió-. Me tienes a mí y a tus amigas-me acarició el pelo-.
-Gracias Liam. Por cierto, son las doce de la noche exactas. Estamos a 29 de agosto. Felicidades Batman.
-Gracias Marta. Has sido la primera en felicitarme-me besó en la frente-. Y... ¿eres directioner?
-No...
-¿Y cómo es que sabías el día de mi cumpleaños?-dijo, sonriendo pícaro-.
-Emm.. allí vienen los demás-cambié de tema-.
Si se entera de que me gusta, me muero:
-¡¡FELICIDADES LEYUUMMM!!-gritaron todos los demás, abrazándole con fuerza-. ¡¡VAMOS A UNA DISCOTECA Y A CENAR POR AHÍ!!-añadió Harry-.
-¡Tranquilos! ¡Tomároslo con calma! Las chicas ya tienen que volver a casa ¿no?-dijo Liam, con voz triste-.
-Pues la verdad es que...-empezó a hablar Sam-.
-¡¡Quedémonos a dormir en un hotel!!-dijo pegando saltitos Nata-. ¡¡Porfii, porfii, porfii!!
-¿Y el pijama?
-¡Dormimos en bragas tonta!-replicó Nata-.
Los chicos carraspearon, riéndose de la forma de pedir cosas de Nata:
-Estááá bieen-aceptó Sam-. Marta, Ana, avisad a vuestros padres.
Me saqué el teléfono del bolsillo a regañadientes y acompañada por Ana, me fui a un lado para llamar a mis padres. Como no, dijero que sí, para librarse de mí, como siempre. Ellos siempre tan ocupados con el papeleo de la adopción del bebé:
-Ya estamos-dijimos Ana y yo al unísono-.
-Bien. Pues a buscar un hotel-dijo Megan-.
-De eso nos ocupamos nosotros. Ahora a cenar a una pizzería-dijo Louis, sonriendo-.
-Ah, no. No nos pagaréis el hotel-dijo Sam, frunciendo el ceño-.
-No hemos pedido vuestras opiniones-dijo Zayn, riendo-. Vamos anda.
Y tras una pequeña discusión sobre quién pagaría el hotel, pasamos la mejor cena de nuestras vidas en una pizzería privada para los chicos, ya que sino llamarían la atención y no podrían cenar tranquilos. Tras la divertida cena, llena de bromas y chistes, salimos de la pizzería y vimos que fuera nos esperaba una limusina:
-Ah, no-repitió Sam-. Esto si que no-replicó-.
-¡Cállate tonta, y aprovecha!-dijo Ana, riendo-.
-Eso mismo-dijo Niall-.
Nos montamos en la limusina, Sam a regañadientes. Dentro era totalmente espaciosa, con doce asientos colocados en forma de rectángulo. Eran de cuero negro, muy cómodos. Tras veinte minutos de charla y risas, nos aparcamos delante de un hotel, de cinco estrellas, seguramente carísimo, según su aspecto exterior:
-Bienvenidas a nuestro hotel-dijo Liam, sonriendo-. Pagaremos nosotros Sam, así que no repliques más-rió-.
Sam se calló, haciendo caso a Liam, y nos bajamos de la limusina, yo de la mano de Leyum. Entramos en el hotel y mientras Louis, el más mayor, reservaba las habitaciones y demás, nosotros subimos todos a la habitación de Liam y Harry, la más grande. Allí nos sentamos en los tres sofás que había, y esperamos pacientes a que llegara Louis. Por fin, llegó acompañado de una alta mujer con el pelo negro, bien maquillada y peinada, ataviada de un vestido blanco de tirantes largo hasta las rodillas. Aparentaba unos veinti pocos años:
-Os presento a Cristina, nuestra nueva fotógrafa-dijo Louis, sonriendo-.

Narra Megan

No me gustaban las formas de esa tal Cristina de mirar a Louis. Pero qué digo. Louis no es mío, está soltero. Si Cristina quiere algo con él, no es mi problema. Además, fui yo misma la que le dijo a Louis que necesitaba más tiempo cuando casi hacemos el amor:
-Hola chicas y Zayn, Liam, Niall y Harry. Soy Cristina Móntez, mitad española mitad inglesa. Soy la fotógrafa de One Direction-se presentó, sonriendo-. Sois muy guapas, tal vez podría fotografiaros y convertiros en modelos y...
-Tranquila Cris-dijo Zayn-. Están cansadas. Hablaréis de esas cosas de chicas otro día-rió-.
-No son cosas de chicas. Son cosas de fotógrafas, modelos, y chicas guapas-replicó Cristina sonriendo-.
-Lo dicho. Cosas de tías-dijo Harry, riendo-.
-Pesados. Venía para avisaros de que mañana tenéis una prueba de fotos en La Casa del Libro, en la Gran Vía, para la firma de un nuevo libro vuestro. También era para deciros que vuestro avión privado se ha estropeado, y como no tenéis más conciertos hasta dentro de un mes, podéis quedaros aquí tres semanas más.
-¡Estupendo!-se le escapó a Liam-. Quiero decir, que nos veremos y conoceremos mejor-sonrió-.
-Exacto. Y yo podré haceros unas pruebas para modelos, chicas, si queréis-sonrió amable-.
-¡A mí me encantaría!-saltó Megan-.
-¡Y a mí!-exclamó Nata-.
-A mí lo que me gustaría sería ayudarle con las fotografías. Estoy estudiando para ser fotógrafa-añadió Sam, educada-.
-¡Por supuesto querida! Por cierto, no me habléis de usted, me hace sentir mayor. ¿Y vuestros nombres son?
Nos presentamos y, contentos por las buenas noticias de que los chicos se quedarían más tiempo y de que mañana tenían una sesión de fotos y una firma de libros en La Casa del Libro, bajamos por el ascensor hasta el restaurante principal, que a estas horas, estaba medio vacío:
-Por cierto-saltó Louis, en la entrada del restaurante-. Vuestras llaves. Megan, como eres la mayor de las chicas, dormirás en un cuarto sola. Marta compartirá habitación con Nata y Ana con Sam. ¿Os parece bien?-añadió-.
-¡Perfecto!-dijimos las chicas al unísono-. Gracias por dejarme una habitación para mí sola, Lou-añadí, sonriente-.
-No hay de qué. Vamos a comernos nuestros postres, que no comimos en la pizzería, mientras Cristina cena.
Nos sentamos en una mesa, y tranquilos, hablamos y reímos, hasta pasadas las tres de la madrugada:
-Creo que ya es hora de dormir-dijo Sam-.
-No seas aguafiestas Saam-dijeron Nata y Ana al unísono-.
-No, tiene razón, es tarde-dijo Liam, que había estado junto a Marta todo el tiempo-. Vamos a dormir.
-Estááá bieen-dijimos todos los demás al unísono-. Es lo mejor, ya que mañana a las diez os espero a los chicos en La Casa del Libro. Y las chicas venid también porfii, me gustaría que apareciérais en la revista Vevo con ellos-dijo Cris sonriendo-.
-¡No! Levantaría sospechas-dijimos todos-.
-Lo que queráis chicos. Me voy a mi habitación. ¡Hasta mañana!-se despidió la fotógrafa-.
Cris salió por la puerta del restaurante y desapareció en el interior del ascensor:
-Bueno, nosotros también nos vamos a dormir-dijo Louis-.
Llamamos al ascensor y subimos a nuestra planta. Nuestras habitaciones estaban frente a la de los chicos:
-¿Y cómo es que éste hotel no está lleno de paparazzis?-pregunté-.
-Le pedimos al personal que no dijeran nada a los periódicos-contestó Liam-.
-¿Y no lo hicieron?-dijo sorprendida Sam-.
-Tuvimos que darles una pequeña cantidad de dinero a cambio-dijo Louis, evitándome la mirada-.
-Ah, de acuerdo.
El ascensor se abrió y cada uno se dirigió a su habitación y cerró la puerta, excepto yo y Louis. Me acerqué a él y le dije:
-¿Por qué estás así conmigo?


Nueva novela conjunta

Bueno, os quería avisar de que, ayer mismo, empecé una novela conjunta con una amiga mía, Marta. En este blog no subiré capis de esa novela porque ya tengo dos, pero mi amiga sí que subirá capis de la novela conjunta en su blog. Aquí os dejo el link del primer capi:  http://www.masdenochequededia.blogspot.com.es/2013/08/capitulo-1-esperame.html     Como no os paséis y no leáis la novela, os mato, jejeje. La novela se titula Espérame, y para que veáis que es interesante, aquí os dejo la sinopsis:

                                              ESPÉRAME

Ahriel y Victoria son las mejores amigas del mundo, hasta que una noche su vida cambiará por completo. Nunca creyeron ni en hombres lobos, ni en vampiros, pero su opinión cambiará cuando esa noche sus vidas dan un giro radical. Por naturaleza se tienen que separar, hasta tienen que pelear a muerte, pero ¿conseguirán volver a ser amigas, o su amistad se ha acabado para siempre? Tendrán que afrontar grandes retos, cada una por su lado, hasta que un día, el día que sellaron su amistad hace muchos años, sus caminos se vuelven a cruzar, haciendo que la duda y los recuerdos de su amistad vuelvan a sus cabezas.


¿Veis cómo dan ganas de leerla? El primer capi y los personajes, están en el blog de mi amiga, que aquí os lo vuelvo a poner el link del primer capi  http://www.masdenochequededia.blogspot.com.es/2013/08/capitulo-1-esperame.html   Aviso de una cosa. Cuando narra Victoria, soy yo, y cuando narra Ahriel, es mi amiga ¿oki? Bueno, pasaros y comentad os lo suplico. Si os gusta, comentad en esta entrada o en el blog de mi amiga. Pasaros ehh pliiis!! Xauuu os quieruuu!!

miércoles, 28 de agosto de 2013

Capítulo 35: La prueba (La mente mágica)


Galopando sobre los caballos, llegamos a la entrada del gran castillo. El típico puente levadizo estaba bajado, para que pudiéramos pasar. A paso lento, atravesamos el puente. Al llegar al final de éste, vimos que la plaza principal del castillo estaba totalmente llena de todos los seres inmortales y mágicos inimaginables. Vampiros, lobos, que serían hombres lobos, magos y brujas, algunos demonios buenos y ángeles, hasta sirenas, magos y brujas, y en una plataforma estaba La reina de la Magia. La mujer llevaba un vestido largo hasta los pies, color crema y lleno de florecitas. Su rubio pelo iba recogido en un moño alto, bien realizado. Sus pies no se veían a causa del vestido, y en la mano, llevaba lo que parecía un pergamino de papel:
-Bienvenidos, elegidos-dijo, dirigiéndose a nosotros-.
-¡Inclinaos!-nos susurró el mago Nicolás-.
Nos bajamos de los caballos, y nos inclinamos hacia la reina, la mayoría avergonzados:
-Venid. Tenéis que elegir a vuestro ejército.
Movió la mano y aparecieron diez sillas de oro y plata. Por arte de magia, jajaja, qué gracia, empezamos a flotar, incluido el mago Nicolás, hasta posarnos en la plataforma. Mike se mezcló entre la multitud. La reina abrió el pergamino y empezó a leer lo que sería su discurso:
-Queridos seres, mágicos e inmortales. Hoy estamos todos reunidos aquí para conocer a nuestros actuales elegidos. Sus nombres son Paula-me incliné-. Ángel, Miriam, Mario, Diana, Tomás, Lucía y Arthur-aplaudieron-. Desgraciadamente, les toca luchar contra un alma que no quiso irse al cielo: La bruja Jane Litchelinsen. Por ello, necesitan nuestra ayuda, la ayuda de magos y brujas, y demás seres mágicos e inmortales. Hoy se realizará una dura prueba, en las que los elegidos observarán a los mejores guerreros y guerreras, y al final de cada prueba, eliminarán a diez guerreros, o guerreras, que no les hayan parecido lo suficientemente buenos para luchar. Sé que es difícil, pero es lo que hemos decidido, y lo que se va a hacer. Junto al jurado, está nuestra actual alma para los nacimientos, Mago Nicolás X. Si los elegidos tienen alguna duda, Nicolás podrá ayudarles. Que los espectadores tomen asiento-movió la mano y aparecieron un montón de sillas-. Y que los participantes se preparen para la primera prueba. Gracias.
Tras miles de aplausos, nos sentamos en las diez sillas, la reina en el centro, que movió la mano e hizo aparecer un especie de circuito, que se trataba de: Lo primero, una piscina de barro que deberían de atravesar saltando, después, una red que deberían de escalar, y por último, una enorme cascada por la que deberían de bajar, construyendo su propia cuerda y ganchos para bajar por las piedras:
-Que se preparen los veinte primeros. Elegidos, tendréis que eliminar a diez. En realidad, esta es la única prueba, sino, sería mucho trabajo.
-Está bien-dije-.
-¡Preparados, listos, ya!-gritó la reina-.
Los primeros veinte guerreros, empezaron a saltar hacia la piscina de barro. Uno de los concursantes era un centauro, y lo tenía mucho más fácil, con sus patas de caballo. Fue el primero en atravesar la piscina, y entonces se dirigió a la red, que tenía casi imposible de escalar. Un demonio le alcanzó, que sacó sus alas, y pasó por encima de la red y de la cascada. Me pregunté si eso estaba permitido, y como la reina no dijo nada, el demonio llegó a la meta, victorioso.
Tras tres horas de eliminaciones y risas, nos quedó nuestro ejército, de diez mil seres mágicos e inmortales. Mike estaba entre ellos:
-Bien. El ejército ya está listo. Esas serán las primeras filas, los que han sido eliminados, irán en las filas de atrás, sustituirán a los que caigan en la parte de delante. Elegidos, tendréis que venir aquí en una semana, tendremos entrenamiento. Como es una excepción, para la guerra os daremos todos los poderes, convirtiéndoos en magos y brujas oficiales. Como sois los elegidos, si ganáis la guerra, podréis guardar los poderes. En una semana, aquí a primera hora de la mañana. Podéis retiraros.
Tras una reverencia, nos montamos en los caballos alados, acompañados por Mike, y salimos del castillo. Llegamos hasta la puerta, y salimos del mundo mágico. El mago Nicolás cerró la puerta y salimos del almacén del bar. Al subir por las escaleras, el bar seguía vacío. El mago Nicolás movió la mano y la barra se llenó de comida deliciosa y apetitosa:
-Creo que nos merecemos una buena comida-dijo, sonriendo-. Serviros.
Nos sentamos en las sillas, y empezamos a comer como leones. Teníamos un hambre de muerte. Disfrutábamos de la comida, entre risas, pero yo no dejaba de pensar en la guerra, ya próxima. Y pensar que lucharíamos contra Jane y su ejército a muerte. No quería que nuestros guerreros se murieran a nuestra causa, protegiéndonos. A pesar de que nosotros también corríamos el riesgo, no me preocupaba por mí, me preocupaba por los demás. Siempre había sido así:
-Cielo, creo que aún no hemos celebrado nuestra comida de nochebuena-me susurró Ángel sonriendo-.
-Cenaremos esta noche por ahí-susurré-. Lo pasaremos de puta madre-sonreí-.
-Esa boquita cariño-rió-.
-Te quiero.
-Y yo más.
Y le di un pequeño pico:
-¿Qué hacemos esta tarde?-preguntó Tomás-.
-Dormir. Estoy muerto-dijo Mario, bostezando-.
-Cielo, tú siempre durmiendo.
-¡Oye! ¡Qué hoy hemos hecho mucho trabajo!-replicó-.
-Flojo-dijo Miriam riendo-.
-¿Sabes que te quiero?
-Sí, y mucho-rió Miriam-.
-Vamos por ahí, de compras-dije, poniendo pucheritos-.
-Está bieeen-dijo el mago Nicolás-. Vámonos anda-añadió-.
Salimos del bar, por fin para divertirnos el día de Navidad.


Capítulo 34; El mundo mágico (La mente mágica)


Empecé a caminar por la calle, rodeando mi cuerpo con los brazos. Hacía muchísimo frío en ésa época. Miraba al suelo, pensando en todo lo que me había pasado desde mayo. Era una elegida, que tenía que salvar el mundo. Un amigo mío se había muerto, mis padres casi lo estarían, o serían zombies, como los padres de Clara. La chica era ahora una vampira, al igual que su novio. ¿Se me ha olvidado algo? Sí, que morí y resucité, que soy mitad demonio... Y muchas cosas más.
Crucé una esquina y me choqué con alguien. Levanté la cabeza para disculparme:
-¡Mike!-dije en inglés-. ¿Clara está bien?
-Sí. Poco a poco se controla más.
-¿Cuándo podré verla?
-Dentro de poco. Justo iba a ir a buscaros. Hay que empezar a reclutar gente. El mago Nicolás dice que la pelea final con Jane cada vez está más cerca. Acompáñame.
Mike me cogió de la mano, que tenía helada, y tiró de mí hacia donde fuera que nos dirigíamos.
Tras correr durante media hora, entramos en una especie de bar. Dentro no había nadie. Estaba totalmente vacío. Nuestro camino no terminaba ahí. Mike me llevó hacia una puerta de color gris. La abrimos y accedimos a una empinada escalera. En total oscuridad, empezamos a bajar, yo despacio, Mike impaciente. Por fin, tocamos suelo plano. Mike me soltó la mano y se alejó de mí. Apretó un interruptor, supongo, ya que no veía nada, y se encendió una pequeña lámpara, que estaba apoyada en una mesita negra:
-Ponte de rodillas-me indicó el chico-.
-¿Qué?
-Haz lo que te digo.
A regañadientes, me puse de rodillas en ese asqueroso suelo, y esperé a que Mike hiciera lo mismo. De repente, el chico empezó a pronunciar unas palabras ininteligibles, y al cabo de un minuto, el suelo empezó a temblar. Asustada, me puse de pie, y me dirigí hacia la escalera, pero una reja salió del suelo, impidiéndome el paso:
-¿Pero qué es esto Mike?-pregunté, asustada-.
-Ponte de rodillas y cállate-fue lo único que me dijo-.
Suspirando y asustada, me volví a poner de rodillas, casi cayéndome al suelo. Éste seguía temblando, como si algo saliera de él. Tras diez minutos de rodillas, temblando a causa del suelo y del miedo, y esperando impaciente, el suelo dejó de temblar y al levantar la cabeza, pude ver una gran puerta, que llegaba hasta el techo, aguantada por dos postes, que estaban rodeados por unas largas enredaderas verdes. El pomo de la puerta era enorme y redondo, de oro, y justo en el centro de éste, había un ojo de cristal. La puerta era roja, de madera, y tenía dibujada dos árboles a los lados, y varias personas con rayos saliéndoles de las manos:
-Ésta es la puerta hacia el mundo mágico subterráneo-me indicó Mike-.
-¿Qué? Pensaba que los seres mágicos e inmortales vivían entre los humanos-fruncí el ceño-.
-Unos pocos sí, pero la gran mayoría viven aquí, bajo tierra. El mundo mágico es tan grande como este planeta, solo que se encuentra bajo los pies de los humanos.
-¿Y por qué me has traído aquí?
-Hay que empezar a reclutar vuestro ejército, ya te lo dije.
-Espera, espera. Yo sola no puedo. No soy la única elegida. ¿Dónde están mis amigos?
-Aquí-respondieron varias voces-.
Me giré y allí estaban los otros siete elegidos, acompañados por el mago Nicolás:
-Abriré la puerta. Poneros de rodillas-nos indicó el mago Nicolás-.
-Qué pesaditos con lo de ponerse de rodillas-dije mientras obedecía, poniéndome junto a Ángel-.
-Es el ritual señorita Paula. Cada vez que se entra en el mundo mágico, hay que ponerse de rodillas ante la puerta.
Me hizo callar con un gesto de la mano, y él y Mike también se pusieron de rodillas. El mago Nicolás dibujó una llave en el aire, que se convirtió en una real. Pronunciando unas palabras en otra lengua, metió la llave por la minúscula y casi invisible cerradura que se encontraba en el iris del ojo de cristal, y la giró. A continuación empujó la puerta poco a poco, y al estar totalmente abierta, pudimos ver la entrada al mundo mágico:
-Guau-dijo Miriam, impresionada-.
Caminando despacio, entramos por la puerta, con la boca abierta. Desde donde estábamos, se veía una gran llanura verde, con millones de margaritas amarillas decorándola. Al final de aquella colina, había un gran castillo, rojo y negro, con varias torres de control, rodeadas por enredaderas. Un montón de personas humanas, bueno, casi humanas, se dirigían hacia la puerta de aquel castillo, algunos con dragones, y otros con caballos alados:
-Esto es.. impresionante-dije, con la boca abierta-.
-Ya te digo-me acompañó Ángel, pasándome el brazo por los hombros-.
-Tenemos que ir al castillo de la reina mágica. Allí van todos los seres mágicos e inmortales para veros, y hacer unas duras pruebas, para pertenecer al ejército que os acompañará para luchar contra Jane.
-Exactamente-dijo Mike, que para sorpresa de todos, entendía el español-. Vamos, o llegaremos tarde.
Mike pegó un fuerte silbido, y tras un minuto, se acercaron a nosotros diez preciosos caballos alados. Cada uno se montó en uno, algunos asustados, y otros totalmente seguro de sí mismo:
-Vámonos-dijo el mago Nicolás-.






























Capítulo 8: Impulso (Best Song Ever)



Narra Natalia

-¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!! ¡¡¡¡¡¡ME MUEROOOOOO!!!!!! ¡¡¡¡DIOOOOOOOOS!!!!!-gritaron todas menos Megan, que miraba a Louis como una tonta-. ¡¡¡¡ZAYYYYNN!!!!-gritamos Sam y yo al unísono-.
Nos acercamos al pobre chico, que sonreía, alegre de alegrar a unas fans. Le abrazamos, ahogándolo. Llorábamos a mar tendido:
-¡¡¡HARRYYYY!!!-gritó Ana, que abrazaba a Hazza-.
-Hola, Liam-dijo Marta, roja como un tomate-.
Liam abrió los brazos, sonriendo, indicándole a Marta que podía abrazarle. La chica se acercó a él y le dio un abrazo de oso. Las demás la mirábamos asombradas, con lágrimas en los ojos:
-¿Y a mí? ¿Nadie me abraza?-dijo Niall, poniendo pucheritos-.
Las cinco, incluida Marta, por sorpresa de todas, fuimos corriendo hacia Niall, y le tiramos al suelo. Riendo, el chico nos devolvió el abrazo:
-Jajajaja-rieron los otros-.
Por fin, nos levantamos, nos pusimos la ropa y el pelo en su sitio, y más tranquilas, empezamos a hablar:
-Chicas, éste era mi secreto-dijo Megan sonriendo-.
-¿Qué? ¿Conocías a los chicos y no nos dijiste nada? Te mato-dije-.
-Bueno, técnicamente, sólo me conocía a mí, y ésta sorpresa era mía-dijo Louis, pasando su brazo por los hombros de Megan-.
-Os mato-contradije-.
-Te ayudamos-dijeron las otras-.
Justo cuando nos íbamos a abalanzar hacia Mega y Louis, los otros nos bloquearon el camino. Zayn me cogió por los hombros, Harry cogió a Ana como un saco de patatas, Liam le cogió las muñecas a Marta, y Niall, vergonzoso, puso sus brazos alrededor del cuerpo de Sam:
-El concierto va a empezar-dijo Liam-. Os hemos reservado unos sitios mejores que los vuestros-sonrió-.
-¡Oye! ¡Qué fueron caros!-dijo riendo Sam-.
-Pues éstos no-intervino Zayn, con su perfecta sonrisa-.
Los chicos nos llevaron a un pasillo que había en el lado izquierdo del escenario, donde ya se escuchaba música. Desde aquí se veía perfectamente, además, teníamos cinco sillas preparadas:
-Éstos son vuestros sitios-dijo Louis-. Sentaros, el espectáculo comienza.
Lou se inclinó hacia Megan, que se sonrojaba, y le dio un beso en la mejilla. A las demás nos sonrió, y a continuación se colocó en la plataforma que los llevaría al escenario. Zayn se acercó a mí, y le dije a todos:
-Buena suerte-y le di un beso en la mejilla a Dj Malik-.
Él me sonrió, en cambio, vi a Sam mirarme con una mirada asesina por el rabillo del ojo. Los cinco se colocaron en la plataforma, nos dedicaron una última sonrisa encantadora, y empezaron a cantar Best Song Ever. Nos sentamos en las sillas, yo medio desmayada:
-Ey, Megan. Te perdonamos por el secretito-dijo Ana-.
-¿Me perdonáis? Soy yo la que os tengo que perdonar, por ser tan cotillas-rió-.
-¡Ey!-dije-.
-¡Silencio! ¡Están cantando!-gruñó Sam-. Parece que a la única a la que les importa es a mí.
-Sigue soñando-contesté, de brazos cruzados-. Después tengo que hablar contigo.
Después de esa pequeña conversación, nos callamos durante todo el concierto. Tras oír doce de sus espectaculares canciones, el concierto terminó, con gritos de todo el público. Los chicos bajaron por la plataforma, y se acercaron a nosotras, que gritábamos de emoción. Tras abrazos y besos, Lou le dijo a Megan:
-Tengo que hablar contigo.
-Claro-contestó la chica-. Ahora volvemos-añadió-.
Le dió la mano a Lou, y desaparecieron por la puerta del camerino de éste.

Narra Louis

¿Cómo se lo diría? Es que... puff. De la mano, le invité a entrar a mi camerino. Cerré la puerta y empecé mi discurso:

Narra Megan

-Megan, o Meggie, mi mote, jeje-empezó a hablar Lou-. No sé cómo, pero en tan poco tiempo, te has vuelto muy importante para mí. Cuando no estás, me siento raro, y cuando estás a mi lado, me siento... muy bien. No sé qué has hecho, pero has conseguido algo muy difícil. Has conseguido que... me vuelva a.... enamorar.
Me quedé paralizada, sin poder hablar. Louis se estaba inclinando sobre mí poco a poco, tímido. Sin poder evitarlo, Lou posó sus labios sobre los míos. Me dejé llevar, cada vez más. Lo que un pequeño pico era, se convirtió en un morreo. Louis me empujó hacia la pared, e intentó quitarme la camiseta:
-Lou, Lou... basta-dije-.
Louis se apartó de mí, y avergonzado, se sentó en el sofá:
-Nuestra amistad se acaba aquí ¿verdad?-dijo, con lágrimas en los ojos-.
-¡No!-repliqué, sentándome a su lado-. Sólo que... es muy pronto-bajé la cabeza-.
-Lo sé, no entiendo, ha sido un... impulso.
-Yo también me he dejado llevar-reconocí-. Y me ha gustado, pero hay que esperar... más tiempo. Nos acabamos de conocer, es muy pronto.
-Megan, es que yo... creo que me he enamorado de ti-me miró fijamente, con sus húmedos y bonitos ojos-.
-No sé que decir...-respondí-. Vamos a celebrar el éxito de vuestro concierto y hablamos más tarde ¿vale?-le animé-.
-Está bien-me sonrió-.

Narra Ana

-¿Cuánto tardan estos dos no?-dije-.
-La verdad es que sí-contestó Harry-.
-Hablando de los reyes de España, mirad quiénes vienen-dijo Niall-.
Megan y Louis se acercaban, tímidos el uno con el otro:
-¿Qué ha pasado allí dentro?-dijo Zayn, sonriendo pícaro-.
-¡Nada!-dijeron los otros dos al unísono, sonrojados-.
-Ya, ya...-dije-. Bueno, ¿vamos a cenar por ahí?-pregunté-.
-Está bien-dijo Harry, pasando su brazo por mis hombros-.
-Cerca de aquí hay un lugar muy bueno para cenar. Vamos-dijo Niall-.
De la mano de Harry, salimos del teatro, los chicos con sudaderas con capuchas, y gafas de sol, aunque no hicieran falta.

Narra Niall

¿Por qué era así? Tan tímido. Si me comporto así, no conseguiré nada de lo que quiero. De la persona de la que me he enamorado al instante: Sam.