Free Mustache Pink Glitter Lefty - Pointer 1 Cursors at www.totallyfreecursors.com

Seguidores

sábado, 7 de diciembre de 2013

Capítulo 26. Amnesia (Best Song Ever)


                                                      Narra Ana

-¡Sam! ¡Sam!-no paraba de gritar Nata desesperada-.
-¡Cielo, tranquila! ¡Sólo le han dado un medicamento para que se duerma!
Y no sé por qué, Nata empezó a llorar:
-¡Nata!-exclamé, mientras me acercaba a ella-.
-¿Qué te ocurre?-añadió Marta-.
-Tengo que contaros algo, pero, pero aquí no-nos contestó la chica con el rímel corrido por la cara-.
-Vale, pero antes vamos al servicio a limpiar esa carita-le indiqué, cogiéndole la mano y tirando de ella hasta el servicio-.

                                                    Narra Megan

Vaya, pobre Nata. ¿Por qué se habría puesto así? Dentro de poco lo sabré. Espero que no sea nada grave. En este momento, mi cabeza estaba en otra parte. En el mismo sitio donde se había quedado aparcarda desde que Louis me contó que Marta era su hermana. Miré al chico, que, disimuladamente, no dejaba de mirar la marca de nacimiento de Marta. Normalmente, esto me pondría celosa, pero, son hermanos y Marta está saliendo con Liam (creo) y Louis conmigo. Me acerqué al chico, que estaba sentado en una incómoda silla cerca de la cabeza de Sam, junto a Niall, que le tocaba el pelo a la chica:
-Louis, ¿puedo hablar un segundo contigo?-pregunté, tocando el hombro de mi Boo Bear-.
-Está bien-me contestó, saliendo de su ensimismamiento-.
Salimos de la habitación y en cuanto estuvimos lejos de nuestros amigos, comencé a hablar:
-Louis, esto no puede seguir así. Marta tiene que saber ya que sois hermanos.
-No tengo pruebas de nada. No se lo creerá-dijo Louis, bajando la cabeza-.
-¿Que te crees que me he quedado con los brazos cruzados? Busqué en internet el incendio de tu pueblo y tengo fotos y periódicos de ello-comenté como si nada-.
-¿Cómo, cómo lo has conseguido?-preguntó Louis, mirándome sorprendido-.
-Es fácil. Ahora que eres famoso, sale todo sobre ti. Bueno, no todo. No viene nada sobre tu otra herm... quiero decir, Lara.
-Marta-me corrigió el chico-.
-Bueno, antes se llamaba Lara-aclaré-.
-Y bueno... ¿cuándo se lo contamos?
-Creo que lo mejor sería esta noche, en el hotel, después de los ensayos.
-Está bien, pero sólo a ella.
-Más tarde tendrán que saberlo los demás, cielo-dije, acariciándole la mejilla-.
-Lo sé, pero por ahora no-contestó el chico, dándome un beso en la frente-. Volvamos con el pobre Niall-añadió-.
-Está bien-contesté, volviendo a la realidad-.

                                                           Narra Natalia

Tras lavarme la cara y volver a maquillarme, por obligación de Ana, salimos del cuarto de baño y comenzamos a andar hacia la habitación de Sam de nuevo:
-¿Qué tal con Zayn?-me preguntó la chica sonriendo-.
-Bien, ¿y tú con Harry?
-Bastante bien, aunque no me lo creo. ¿No crees que esto es un sueño?
-Vamos, Ana, ya ha pasado más de un mes desde que los conocimos, y han pasado muchas cosas reales. Creo que no es un sueño.
-Todo es posible.
-Claro, por eso los hemos conocido y tú sales con Harry y yo con Zayn-reí, y Ana se unió a mí poco después-.
-Aunque... pobre Niall. Se ve que el irlandés está colado por Sam.
-Lo sé. Hay que planear algo para juntarlos-sonreí, mientras seguíamos caminando-.
-No te puedes aprovechar del estado de Sam-dijo Ana cortante-.
-¡No pensaba hacer eso!-exclamé indignada-. Pensaba que de alguna manera u otra podríamos enamorar a Sam de Niall.
-Ya veremos, ya veremos...
Llegamos a la habitación de Sam, y al entrar, nos encontramos a todos alrededor de la cama de Sam. Me acerqué y pude ver a la chica despierta de nuevo:
-¡Sam!-exclamé alegre-.
Pero la chica no contestaba, ni parecía escuchar a nadie:
-¡Sam! ¡Soy yo! ¡Nata!
Pero nada, la chica me mira y luego vuelve a mirar al techo:
-Llamad a los médicos. Esto no es normal-dije preocupada-.
-No hay nada que temer Nata, estoy seguro. Sam se acaba de despertar, estará confusa-comentó Liam-.
-Hola Sam, soy Zayn ¿sabes quién soy?-intervino el chico sacando una de sus mejores sonrisas, pero la chica seguía sin reaccionar-.
-Yo voy a avisar a los médicos. Me da igual lo que me digáis-contesté, apretando el botón rojo de llamada-.

                                                           Narra Sam

¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Quién es toda esta gente? ¿Quién es esa tía que acaba de apretar ese botón grande y rojo con cara rara? ¿Qué es todo esto? De repente, entraron unas personas con bata blanca en la habitación, y al verme a mí y a las pantallas que estaban a mi lado, se acercaron a mi cabeza y comenzaron a hablarme:
-Hola señorita Sam, estás en el hospital de Londres. Sufriste un accidente en tu hotel y te hirió el brazo derecho. Te cayó una lámpara encima.
Au, mi brazo, me duele, igual que a esa tal Sam. Espera... ¿esa Sam? ¿soy yo?:
-¿Me... me... llamo Sam?-pregunté con voz ronca-.
-Sí, te llamas Sam Bennet.
Bueno, por lo menos ya sé mi nombre:
-Estos son tus amigos Nata, Megan, Zayn, Niall, Liam, Ana, Marta, Harry y Louis. Los chicos son One Direction, supongo que los conocerás, ¿no?-siguió hablando el médico-.
Sé quiénes son.... No, no lo sé:
-La verdad, no sé quiénes son estas personas-contesté furiosa conmigo misma-.
No me suenan de nada. El médico cogió una jeringuilla, la metió en el tubo que conectaba con mis venas, y al cabo de unos segundos, volví a quedarme dormida.

                                                  Narra Niall

-¿Qué le ocurre doctor?-pregunté, más preocupado que nunca-.
¡No sabe quiénes son One Direction!:
-Sufre una pequeña amnesia-contestó el doctor-.
-¿Cómo es posible? No recibió golpes en la cabeza-intervino Zayn atropelladamente-.
-Lo sé, señor Malik. Pero una amnesia también se puede producir por la pérdida de sangre. La señorita Bennet perdió bastante sangre. Pero no os preocupéis, la amnesia durará solo unas semanas, después lo recordará todo, con vuestra ayuda, claro está.
-¿Veis? ¡Sabía que iba a pasar esto!-exclamó Nata llorando de nuevo, mientras salía corriendo de la habitación-.
-¡Cielo!-le siguió Zayn-.

                                                        Narra Zayn

-¡Nata!-seguí exclamando-.
Oh no, una masa de chicas comenzaba a seguirme por los pasillos, haciendo fotos mientras corría. Vi como Nata se metía en el baño de discapacitados. Sin pensármelo, me metí allí con ella, cerrando la puerta justo a tiempo para evitar que todas las fans se metieran en el servicio con nosotros:
-Ey, ey, ¿qué te ocurre cielo?-le pregunté a Nata susurrando, por miedo a que las fans lo escucharan todo-.
-¡Esto ya me ha pasado Zayn! ¡Odio los putos hospitales desde entonces!-exclamó Nata gritando-.
Genial, las fans se enterarán de todo. Creo que Nata no sabe que hay un montón de chicas escuchando tras la puerta:
-Nata, es que ahí fuera hay...-comencé a hablar-.
-Cuando yo era pequeña, tenía un hermano mayor-me interrumpió-.
-¿En serio?-pregunté, olvidando a las fans-.
-Sí. Ya tenía el carné de conducir y tal, y un día de tormenta, tuvo un accidente. Chocó contra otro coche por el lado izquierdo. Recibió un golpe en la cabeza que casi lo mata, pero que lo dejó en coma. El otro conductor murió. Para entonces, yo vivía en Valencia, y aún no conocía a las chicas, por eso esto no lo saben. Yo tenía seis años. En el hospital, el día que mi hermano, llamado José, salió de coma, fue el día más feliz de nuestras vidas, hasta que nos enteramos de que José no sabía quién era ni quiénes éramos. Los médicos nos dijeron lo mismo que han dicho con Sam. Que era una pequeña amnesia que solo duraría unas semanas, pero no fue así. Tras dos meses en casa, José no recordaba nada y no se fiaba de nosotros. Lo volvimos a llevar al hospital y le hicieron unas pruebas, y tuvieron que volver a operarle, pero nada. Nos dijeron que José tendría amnesia para siempre, y nunca se acordaría de cuando era niño, ni quiénes éramos y demás, ya que no tenía confianza en nadie. Entonces, un día en nuestra casa, poco antes de mudarme a mi pueblo, José se tiró desde el balcón de su habitación. Vivíamos en el décimo piso. Fue el peor día de mi vida-terminó de hablar la chica-. Me, me recuerdas mucho a él-lloró más fuerte-.
Le abracé con todas mis fuerzas, sin poder evitar que unas lágrimas brotaran de mis ojos. Tras un rato, dejamos de llorar, y Nata me susurró:
-Esto sólo lo sabes tú.
-Mmm... Más bien el mundo entero.
-¿QUÉ?-dijo Nata asustada-.
Abrí la puerta del servicio y ahí estaban todas las fans llorando. Era un grupo enorme:
-¡¡Zayyynnn!! ¡¡¡Nataaaaa!!!-comenzaron a gritar alocadas-.
-Lo siento, Nata, no me dejaste ha...
-Déjamelo a mí-me susurró la chica en el oído-.
Y entró al cuarto de baño de las chicas seguidas por todo el grupo de fans ¿Qué demonios les habrá dicho?

viernes, 6 de diciembre de 2013

LEEDLO, URGENTE O:

Hola people, esto es muy serio. Últimamente, a mi blog le falta algo, y son.... COMENTARIOOS!!! Y sin ellos, estoy muy TRISTE. Así que a partir de ahora, voy a ser un poco más dura si queréis capis nuevos. A partir de ahora, en cada capi tiene que haber dos o tres comentarios, LARGOS O MEDIO LARGOS, sino no me vale. Y tampoco me valen los comentarios tipo: Siguienteee, me encantaa!!! Esos NO, porque harta un poco. Espero que me hagáis caso, y que comentéis, por lo menos, como ANÓNIMOS, que para eso está esa opción. No os enfádeis conmigo, pero un escritor necesita ánimos y comentarios para seguir escribiendo, para saber que tiene lectores FIELES. Así que confío en vosotros, confío en que comentéis, no en todos los capis, pero que comentéis y que me demostréis que vale la PENA seguir escribiendo. OS LO SUPLICO, COMENTAD, QUIERO COMENTARIOS, MUCHOS. Os prometo subir más capis, a cambio de muchos comentarios. ¿Lo haréis por mí? Por favor... :( Y aquí me despido. Si lo hacéis, demostraréis ser unos lectores fieles que harían todo para hacer que siga subiendo capis. 1 beso! :/

Capítulo 37: Feérica (La mente mágica)


Dos dragones habían empezado a pelearse, moviendo sus colas peligrosamente cerca de mis amigos. Lo único que falta es que empiecen a escupir fuego:
-¡Tomás, Mario y Miriam! ¡No os mováis!-gritó el mago Nicolás, volviéndose invisible-.
Vi cómo mis amigos se quedaban lo más quieto posible, mientras se veía como alguien cogía las riendas de uno de los dragones y hacía que se fuera hacia el bosque, dejando al otro paralizado. Ese alguien era el mago Nicolás. Poco después volvió, sacudiéndose la túnica y farfullando lo mal adiestrados que estaban los dragones:
-Paula, Ángel y Arthur, convertiros en demonios e ir a buscar a Lucía. Su Majestad, tenemos que hablar-dijo el mago Nicolás-.
La reina y el mago se fueron hacia el castillo, y obedeciendo la orden que nos habían dado, mis amigos y yo nos convertimos en demonios y elevándonos en el aire, empezamos a buscar a Lucía, sin darnos cuenta de que dejábamos a Miriam, Tomás y Mario solos.
Volamos sin parar, buscando a la chica, que había desaparecido sin más en el cielo. De repente, nuestras alas comenzaron a ralentizarse, y poco a poco, nuestros cuerpos también. Al cabo de unos segundos, estábamos cayendo hacia el suelo a una velocidad vertiginosa. Sin gritar, por supuesto, atravesamos una especie de pared transparente, y tras lo que pareció una eternidad, dejamos de caer para posarnos en un verde suelo lleno de flores. Nos pusimos de pie, sin saber dónde estábamos ni qué hacer:
-¡Lucía!-siguió gritando Arthur tras unos minutos-.
-¡Lucía!-le seguimos los demás-.
Empezamos a caminar por la que parecía una especie de colina, llena de flores, que subía cada vez más. Cuando ya casi habíamos llegado arriba del todo, nuestras alas desaparecieron, volviendo a nuestra forma humana. Pensando que eso era normal, seguimos caminando, cada vez llamando menos a Lucía. Llegamos a la parte más alta de la colina y vimos que el panorama que se veía desde allí era horrible. Miles de personas pequeñitas con alas eran atacadas por miles de zombies enormes, que se las comían sin piedad alguna. Una especie de tanque situado en otra colina que estaba enfrente nuestra, más o menos a un kilómetro, lanzaba bombas tóxicas a una especie de aldea que había debajo nuestra. Al cabo de unos minutos, empezamos a toser sin parar, empezando a intoxicarnos con el gas que soltaban las bombas. Antes de caer al suelo, pude ver como un grupo de zombies cargaba con un cuerpo humano.

                                                          ***

Abrí los ojos poco a poco, sintiendo como una luz cegadora cubría todo mi cuerpo. Intenté mover dedos de pies y manos, pero no podía. Era como si mi cerebro hubiera perdido el control de mi cuerpo. Al abrir los ojos y recuperar la visibilidad, distinguí una personita que volaba sobre mi cabeza. Definitivamente, estoy muerta, pensé, siento tan pesimista como siempre. Entonces, sentí como me caía una especie de agua fría por todo el cuerpo, y sin mojarme, recuperaba la movilidad de brazos y piernas. El hada que aún volaba sobre mi cabeza estaba soltando una especie de polvo sobre mí.
Ahora que me había acostumbrado a la luz de la habitación, pude ver que el hada tenía el pelo violeta, recogido en un pequeño moño dejando suelto un flequillo. Al girarse hacia mí, vi sus ojos, también violetas e intimidantes, a pesar de pertenecer a una persona tan pequeñita. Al mirarme, se le dibujó una gran sonrisa en su cara, con mejillas sonrosadas, y comenzó a volar de nuevo hasta mi cabeza, dejando soltar más polvo mágico conforme volaba. Su vestimenta era sencilla, pero elegante: Un vestidito también violeta que le llegaba por encima de las rodillas, ataviado con miles de diamantes de diferentes colores, que brillaban y me cegaban conforme el hada se movía bajo la luz. Al llegar sobre mi cabeza, se posó en mi nariz para que pudiera verla bien, y comenzó a hablar:
-Buenos días, señorita Paula. Soy Violeta, su hada madrina.
Ah, claro, ahora entiendo por qué casi todo lo que lleva es de color violeta:
-Hola-contesté, tímida-. ¿Dónde estoy?-añadí-.
-Está en el Departamento Sanitario de Feérica. Es lo único que no han descubierto ni destruido los zombies de Jane-me contestó, bajando la cabeza-.
-¿Estoy en Feérica?-fue lo único que logré decir al percibir la tristeza que emanaba el hada-.
-Exactamente, y, como dije antes, soy su hada madrina-dijo, alzando la cabeza de nuevo, intentando ocultar su pena delante de mí-.
-¿Y... y eso qué significa?
-Cada humano con poderes tiene un hada madrina que se les aparece en la vida cuando entran en el mundo mágico por tercera vez. No me preguntéis por qué es así, porque no lo sé. Normalmente, nos deberíamos de haber conocido en vuestro entrenamiento para la guerra, pero, dadas las circunstancias, nos hemos conocido aquí. Los Elegidos tienen las hadas más poderosas, es decir, las de primavera, verano, otoño e invierno. Yo soy un hada de la primavera-me explicó-.
-Bueno, pues me alegro de conocerte-solté una pequeña risita-. Soy Paula.
-Ya lo sabía-rió-.
-Y bueno... ¿qué ha pasado?
-Verá. Cuando su amiga Elegida Lucía volaba sobre Butterfly, el dragón hembra que la eligió, un zombie agarró al pobre dragón con una cuerda por el cuello, y, sin que os diérais cuenta, por culpa de la pelea de dragones que se creó, ya que los animales detectaron el olor a zombies, la arrastró hasta Feérica con su amiga. Entonces vinisteis ustedes a buscarla. Empezasteis a caer porque los zombies y las hadas juntas, desprenden una energía que paraliza a las personas que pasan sobre ellos. Caísteis en la Gran Llanura de Feérica y luego vinisteis hacia mi aldea: Spring Village. Los zombies, para entonces, habían empezado a lanzar esas bombas con aire tóxico sobre mi aldea. No eran mortales, por supuesto, ya que Jane quería a todas las hadas de primavera como súbditos. El aire os llegó, os convirtió en humanos e hizo que os desmayárais. Yo y un grupo más de hadas del Consejo Feérico, conseguimos traeros hasta aquí a tiempo para sacaros el aire tóxico del cuerpo. Si no lo hubiésemos conseguido, ahora seríais sirvientes de la bruja Jane. Arthur, Ángel y usted estáis a salvo. Tenemos a Lucía, el mago Nicolás se la arrebató a los zombies con la ayuda de Butterfly. Desgraciadamente, el aire tóxico llegó a Lucía y ya es demasiado tarde para sacárselo del cuerpo.
-¡NO!-le interrumpí, sentándome en la camilla de un salto, lo que hace que el hada pegue un pequeño grito-.
Justo cuando voy a quitarme las correas que me atan las piernas por seguridad, el hada me echa polvo sobre la cabeza y hace que me tranquilice:
-¡Tranquila señorita Paula! ¡Hay un remedio!
-Desembucha antes de que vaya a matar a Jane-contesté furiosa-.
-Hay una flor en la montaña más alta de Féerica. Es amarilla, con el centro rojo, y preparando una infusión con ella, podemos salvar a los sirvientes de Jane que tomaron el aire tóxico.
-Bien, pues vamos a buscarla, ¿dónde está esa montaña?-pregunté, ya más tranquila-.
-Es que hay un pequeño problema, señorita Paula....-empezó a hablar Violeta-. La montaña donde se encuentra la flor está custodiada por centenares de zombies y sirvientes de la bruja Jane. La malvada bruja también sabe lo de la flor, y por eso está vigilando que nadie vaya a por ella.
-Pues habrá que matar a toda la gente que está custodiando la montaña. Voy a salvar a mi amiga Violeta, y nada ni nadie va a impedírmelo.
-Bueno, entre Miriam, Diana, Tomás, Mario, Ángel, Arthur y usted acompañados por un grupo de guerreros elfos...
-Está bien. Dile a los guerreros que se reúnan todos en la sala de reunión.
-No hay sala de reunión, hay salón de conferencias-me aclaró el hada-.
-Pues diles que se reúnan allí. Hay que preparse para coger esa flor. Puede ser la solución a todos nuestros problemas.
-Una última cosa señorita Paula-empezó a hablar el hada mientras me seguía volando a través de un pasillo de paredes blancas, demasiado bajito para mí-. En la montaña, en el lado oeste, hay una llanura, la única que no está afectada por el aire tóxico. Están llenas de la flor que buscáis. Coged todas las que podáis.
-Muchísimas gracias Violeta. Llámame simplemente Paula y tutéame. Nos vemos en el salón de conferencias-sonreí-.
-Está bien, señ... Paula. Nos vemos ahora-y se fue volando hacia una puerta que indicaba en un cartel de oro: Salida.





























martes, 3 de diciembre de 2013

Hacedlo pliiiis!! :)


Capítulo 25: Zona vip (Best Song Ever)


                                                          Narra Natalia
 
   Por fin, tras terminar de ducharme, vestirme y quitarme los relíos del pelo, salí al pasillo para escuchar esa canción, pero lo que me encontré no fue de mi gusto: Marta y Liam mirándose cara a cara, paralizados:
-¿Pero qué pasa aquí?-les dije, intentando caldear el ambiente-.
-Ma-Marta ha di-dicho que sí qui-quiere salir con-conmigo-respondió Liam tartamudeando-.
-¿Y te sorprende?-respondí-. Yo sabía desde el principio que te iba a decir que sí-dije, fingiendo no estar sorprendida, aunque lo estaba de verdad-.
Marta no salía con ningún chico desde hacía mucho tiempo, y no imaginaba que le iba a decir a Liam que sí. Pero bueno, quién no. Está muy bueno y es un trozo de pan:
-Bueno Marta, ¿no dices nada?-le pregunto-.
-Creo que la pava está en estado de shock-responde una voz conocida tras mi espalda-.
-¡Zayn!-dije al girarme, y me lancé a sus brazos, olvidándome por completo de Marta y Liam-. Esa... esa, ¿era la nueva canción?
-Sí-me respondió el chico-. Y habéis sido las primeras en oírla.
-Quiero oírla otra vez.
-Y lo harás-me respondió Harry, que apareció por detrás de Zayn con Ana-.
-En los ensayos-aclaró Ana babeando por dentro de la felicidad-.
-Exacto. Y son en una hora. Así que a prepararse-se unió a la conversación Louis, que apareció tras una puerta a la derecha con Megan-.
-Espera... ¿Y Sam?-preguntamos yo y Niall al unísono, al aparecer el chico por la puerta de su habitación-.
-Los médicos no han dicho nada de darle el alta...-dijo Zayn-.
-¡Pero ella no puede faltar!-exclamé enfurecida-.
-Lo siento Nata....-dijo Louis dejando la frase en el aire-.
-Sobornemos a los médicos-les interrumpí, sin pensármelo dos veces-.
-¿Cómo vamos a hacer eso?-comentó Megan-. Son médicos, no drogadictos.
-Podríamos intentar darles algo a cambio del alta de Sam-expliqué-.
-Nata, Sam entró al hospital ayer. Estará cansada, y la herida y el accidente aún son muy recientes.
-Ella no se puede perder esto. Deseaba ser de las primeras en escuchar la nueva canción-protesté-.
-Antes de decir tonterías, ¿por qué no nos pasamos por el hospital antes del ensayo para ver si le pueden dar el alta?-dijo Marta, por fin saliendo de su ensimismamiento-.
-¡Hombre! ¡Por fin vuelves a la vida!-bromeé-. Chicos, nueva pareja.
-Marta y Liam-terminó de hablar Ana, que, supongo, ya se lo imaginaba-.
-Chicas, no es por cortaros el rollo, pero si queremos pasarnos por el hospital, hay que irse ya-intervino Louis-.
-Está bien-contestó Zayn en nuestro lugar-. Iremos en mi Volkswagen.
-¡Bien!-se me escapó-. Quiero decir, que así no llamaremos la atención.
Bajamos al garaje del hotel y nos dirigimos a la zona privada para famosos. Nunca había visto nada igual en ningún hotel salvo en éste. Dos puertas enormes de hierro se encontraban al final del garaje. Un cartel amarillo fosforescente indicaba que no estaba permitido el paso a huéspedes no invitados. Como no, los chicos estaban invitados, y con una llave que Zayn se sacó del bolsillo, giró la cerradura que se encontraba en la esquina derecha inferior de la puerta. Tras un gran chirrido, las puertas se abrieron y pudimos ver una especie de casino, acompañado con un bar de copas, un jacuzzi y la entrada a una piscina climatizada y a un spa:
-¡Dios mío! ¿Qué demonios es esto?-preguntamos mis amigas y yo al unísono-.
-Es la zona vip exprés. Como en Londres vienen muchos famosos, en muchos hoteles hay zonas como esta. En este hotel, únicamente los famosos pueden entrar gratis, para pasar el tiempo que se queden aquí totalmente tranquilos y libres de fans. A veces, excepcionalmente, dejan entrar a algunas personas muy privilegiadas que pueden pagar mucho dinero para unirse a nosotros. Eso sí, a la mínima fotografía serían expulsados. Esto es un sitio hecho expresamente para que, durante un tiempo, los famosos se sientan tranquilos y solos-nos aclaró Liam-.
-Guau, en España no hacen cosas así, que yo sepa-intervení-.
-Normal, con la crisis que hay, jeje-contestó Zayn-.
-¡Eh!-y le pegué un flojo puñetazo acompañado por la risa de los demás-.
-Bueno, a lo que íbamos. Seguidme-dijo Zayn, pasada la risa-.
Seguimos caminando hasta una puerta gris que estaba casi oculta detrás de una de las máquinas de juego del casino y al abrirla, pudimos ver un garaje, más pequeño que el otro sí, pero también más cuidado y lujoso. Estaba todo pintado de blanco, y cada aparcamiento tenía una placa con el nombre de un famoso: Miley Cyrus, Britney Spears, Selena Gomez, Demi Lovato, Justin Bieber... y One Direction, que tenía seis plazas: Una para la limusina y las otras cinco para los coches de los chicos. Nos dirigimos al aparcamiento donde había una placa donde ponía: Zayn Malik, y nos montamos en el coche para dirigirnos al hospital.

                                                        Narra Sam

Me desperté con dolor de cabeza y naúseas, y al abrir los ojos, me encontré con los de Nata:
-¡Sam!-y me abrazó-.
Le devolví el abrazo floja y empecé a incorporarme para ir al baño, pero unos cables tiraron de mí. Miré hacia mi barriga: Estaba atada con correas. Intenté hablar, pero no podía. Vi cómo un líquido transparente pasaba por uno de los tubos, seguía avanzando, hasta llegar a mi brazo derecho, que, no sé por qué, estaba vendado, y, en el instante en que el líquido se metió en mi brazo, me quedé dormida, totalmente drogada.