Free Mustache Pink Glitter Lefty - Pointer 1 Cursors at www.totallyfreecursors.com

Seguidores

domingo, 20 de julio de 2014

Nuevo blog para "El oscuro secreto"

   Bueno mis queridos lectores, pienso, y creo que vosotros también, que tres novelas en un mismo blog es como 3 personas en el mismo baño, muy apretujadas, así que, ya que la fin he recuperado mi portátil, he decidido trasladar mi novela más reciente a un nuevo blog. Click aquí para visitar el nuevo blog. Enseguida subiré los 6 capítulos ya escritos de "El oscuro secreto" al nuevo blog, pero no borraré el contenido que ya he publicado en este blog, así que, ya podéis ir visitando el nuevo blog los lectores de "El oscuro secreto" :D. Por supuesto, continuaré con Best Song Ever y La mente mágica.
   Muchos besos, y siento el traslado :)

miércoles, 18 de junio de 2014

Capítulo 6: Inexplicable


Camino hacia el instituto-colegio con el diario del protector dentro de la mochila. Me da miedo que alguien me lo robe. Voy incomodísima con este pijama dos o tres tallas mayor que la mía, y los pies descalzos, que ya me pican y me duelen a cada paso que doy. No es que no me guste andar descalza, es que el suelo de todo el orfanato es de piedra dura y rasposa.
Llego a mi aula y me siento junto a Jen. Ella me mira con gesto asesino medio en broma medio en serio, y se dispone a sacar su libro de Lengua y Literatura de la mochila. “La Sidney” empieza a explicar, y yo espero aburrida a que se acaben las clases. No sirven para nada, no sé ni para qué vengo. En el descanso de cinco minutos que hay entre la clase de Matemáticas y Ciencias, decido escaparme. Supongo que estoy siendo irresponsable, pero no aguanto más las clases. Me dirijo a mi habitación y me tumbo en la cama. Dudo en si leer una nueva página del diario, pero me da miedo que al hacerlo durante el día, se cumplan las cosas que lea antes de esta noche, así que cojo mi móvil. Para mi sorpresa, tengo un montón de mensajes no leídos de Sara, la que menos me esperaba. Todos dicen lo mismo: lo siento, perdóname, tengo cita para abortar, entre Peter y yo ya no hay nada..... Sí, claro. Puede que hayamos sido muy buenas amigas y hayamos vivido muchas tonterías, pero desde ese día en que me enteré de lo que había pasado, se acabó entre nosotras.

                                             FLASHBACK

Camino por mi calle esperando un mensaje de mi querido Peter. Dice que tiene que decirme algo muy importante, así que espero impaciente. De repente, se acerca corriendo mi mejor amigo: Max. Nos damos dos besos en las mejillas y sonrío. Él me devuelve la sonrisa, pero su rostro lo delata. Pasa algo malo:
-¿Qué ocurre, Max?
-Nada-contesta el chico bajando la mirada-.
-Oh, vamos, te conozco perfectamente. ¿Qué pasa?
-Te enfadarás.
-Max, en serio.
-He visto cómo Sara y Peter se besaban.
-¿Qué?-pregunto con la voz rota-. ¿No será mentira, no Max?
-Ojalá que sí, pero no. Les he oído decir que... Sara... está embarazada.
Me echo a llorar fuertemente y recibo un mensaje de Peter diciendo “Te quiero” justo cuando lo maldigo en silencio.

                                 VUELTA AL PRESENTE

Mientras sigo pensando en mis aventuras con Sara, llaman a la puerta. Oh, no, cómo me hayan pillado. Me quedo tumbada sin hacer ruido, pero siguen llamando a la puerta sin cesar:
-¡Ele! ¡Soy yo!-Paul-.
Suspiro aliviada y me levanto de la cama para ir a abrir la puerta:
-Hola, Paul.
-Hola.
-Pasa.
-Vale.
Cuando el chico atraviesa el marco de la puerta, pienso que ha sido un diálogo bastante animado (ironía):
-¿Cómo es que te has escapado de clase?-pregunta el chico sentándose en la cama de Jenni-.
-Es que no soporto dar lo que ya he dado.
-Eso es una tontería.
-Es la verdad, soy una buena estudiante, pero lo que ya he aprendido, ya lo he aprendido.
-Ele...
-Está bien... Es que tenía muchas ganas de seguir leyendo el diario.
-Lo mejor será que lo leas por las noches.
-Y eso es exactamente lo que he pensado.
-Vale. ¿Vamos al bosque?
-¿Otra vez? ¿Por qué no hacemos otra cosa?
-¿Y qué quieres qué hagamos? ¿Ir al cine?
-¿Por qué no?
-Elena, la ciudad está a 50 Km de aquí.
-Robemos el coche del chófer.
-Nos descubrirían. Y no podemos salir de aquí.
-Vale, hay algo que no pillo. El protector quiere protegernos de algo que está aquí, y si nos vamos, ese algo no nos puede hacer nada. ¿Por qué no podemos irnos?
-A medida que sigas leyendo el diario lo entenderás.
-Pues vete, voy a leer.
-Por la noche, Ele, por la noche.
-Vaale. Venga, vamos al bosque.
-¿No has dicho hace un momento que no querías ir?
-He cambiado de opinión-contesto abriendo la puerta-. No hagas ruido-añado-.
-¿Quién es el experto? ¿Tú o yo?
-Yo-contesto riéndome-.
Salimos de la 99 y bajamos al primer piso. El rellano está vacío, exceptuando la presencia del chófer:
-Mierda, ¿y ahora qué?-pregunto-.
-Sólo podemos esperar a que se vaya.
-¿En serio crees que se va a ir? “La Sidney” lo habrá puesto de vigilante por nosotros.
-Ele, vamos a otro sitio, vamos a la sala de reunión.
-¿Sala de reunión?
-Así se llama el lugar donde te llevó Jennifer para darte el diario.
-No tengo la llave.
-Yo sí, me la dio Stephanie.
-¿Pues a qué esperamos?
Subimos despacio y silenciosamente al tercer piso, y vamos de puntillas hacia la puerta. Aún están dando clases, y la puerta del aula está abierta:
-Al abrir la puerta haremos mucho ruido-indico-.
-Hay que arriesgarse, déjame a mí.
Paul mete la pequeña llave en la cerradura semioculta en la pared de piedra y la gira poco a poco. Luego, tira de la puerta lo más silenciosamente posible, y en cuanto ve que su cuerpo cabe, entra en el pasadizo:
-Vamos-me insta-.
Echando una ojeada a mi aula, divisando los pijamas a cuadros negros, entro en el pasadizo tras Paul. Avanzamos sin decir una sola palabra hasta que llegamos a la sala de reunión. Sin decir nada, me siento en el suelo, y Paul me imita:
-Quiero hablar contigo de algo-me dice el chico-.
-Desenchufa-respondo-.
-Mejor no, se acabaría todo.
-¿Se acabaría qué?
-Nuestra amistad-oh no, creo que estoy empezando a imaginarme algo-.
-Paul...
-¿Ya lo sabes no?
-Creo, creo que sé a qué te refieres, y tienes razón, la estropearía porque...
-Porque tú no sientes lo mismo.
-¡No! Porque si saliéramos y cortáramos todo se acabaría. Y no es que nos conozcamos mucho.
-Eso es lo de menos.
De repente, Paul se levanta, me coge del brazo y tira de mí. Me tapa los ojos con las manos y cuando me la quita, estamos en el bosque:
-¿Cómo, cómo lo has hecho?
-Siéntate en ese tronco caído.
Le obedezco y espero su respuesta:
-Somos nenders, por eso estamos aquí.
-¿Nenders?
-Mezcla entre humanos y fantasmas.
-¿Qué? Eso no es posible.
-Sí lo es, los fantasmas existen, los vampiros, licántropos y los brujos también.
-¿Y los cazadores de sombras?
-¿Qué?
-Es que cómo estás diciendo criaturas fantásticas, pues faltan los cazadores de sombras.
-Elena, esto es serio.
-¿Estás de coña no? Nenders... eso no existe. ¿Fantasmas? Ni mucho menos.
-¿Y qué es el protector? ¿Un elefante?
-No. Puede que sea un fantasma, o puede que todo esto sea un sueño y me despierte en mi habitación de Miami.
-No, Elena, esto es la realidad, y nosotros, incluida tú y todos los que están en este orfanato, somos nenders.
-¿Y por qué debo creerte?
-Porque está escrito en el diario y porque sino no habría podido traerte hasta aquí tan sólo cerrando los ojos. Los nenders son mitad fantasmas mitad humanos.
-Ninguno de mis padres era un fantasma.
-Los nenders ven a sus padres normales, uno de ellos dos era un fantasma.
-¿Y por qué mi supuesto familiar fantasma no sigue aquí?
-Porque tu destino era acabar aquí.

domingo, 8 de junio de 2014

Capítulo 30: Dudas (Best Song Ever)

                
                                               Narra Natalia
 
   Nervios y sólo nervios, a pesar de haber vivido ya esto. Las luces iluminan toda la pista de baile, y un gran foco me apunta directamente a mí. Estoy encima del escenario, con las rodillas temblando, mi corazón a punto de explotar, mi cabeza dando vueltas. Sin saber cómo, empiezo a hablar:
-Bueno, pues voy a cantar la canción de Moments, de One Direction.
-Adelante-me dice el presentador, el hombre que me ha obligado a subir al escenario a cantar al verme de pie antes-.
Fijo mi mirada en la pequeña pantalla que tengo en frente con la letra de la canción, a pesar de que ya me la sé de memoria. Empieza a sonar la melodía, y entonces, empiezo a cantar con las mejillas sonrojadas:
-Shut the door, turn the light off
I wanna be with you, I wanna feel your love
I wanna lay beside you, I cannot hide this
Even though I try
Heart beats harder, time escapes me
Trebling hands touch skin, it makes this harder
And the tears stream down my face

If we could only have this life for one more day
If we could only turn back time
...
Y entonces todo el mundo canta conmigo, incluidos los chicos (¡me muero, me muero!), la canción hasta el final:
-You know i'll be you life, your voice, your reason to be
My love, my heart is breathing for this moment in time
I'll find the words to say, before you leave me today

Close the door, throw the key
Don't wanna be reminded, Dont wanna be seen
Don't wanna be without you, My judgements cloudy, like tonight's sky
Hum's are silent, voices none,
Try to scream out of my lungs, it makes this harder
and the tears stream down my face


If we could only have this life for one more day
If we could only turn back time
You know i'll be you life, your voice, your reason to be
My love, my heart is breathing for this moment in time
I'll find the words to say, before you leave me today

Flash you out of my mind, going back to the time
Playing games in the street, kicking balls with my feet
Dancing on my tiptoes, standing close to the edge
There's a pile of my clothes at the end of your bed
As I feel myself fall, make a joke of it all

You know i'll be you life, your voice, your reason to be
My love, my heart is breathing for this moment in time
I'll find the words to say, before you leave me today

You know i'll be you life, your voice, your reason to be
My love, my heart is breathing for this moment in time
I'll find the words to say, before you leave me today

-¡Por favor, un aplauso para Natalia y para todo el público que la ha acompañado!
Se escuchan unos sonoros aplausos por toda la sala, y entonces empieza una balada, y sé que llega el momento de bailar en pareja. Me acerco a Zayn, que pone sus manos sobre mi cintura y sigue susurrando el estribillo de la canción de Moments, y yo le acompaño hasta que terminamos de bailar. La gente dice que cuando una está enamorada, entiende las canciones. Ahora sé que es verdad.

                                              Narra Sam
   
   Nata ha cantado de puta madre, sinceramente, pero durante la canción, lo único que he hecho ha sido mirar a Niall. Parecía nervioso e inquieto, pero ahora ya está más tranquilo. Presiento que algo malo va a pasar. No sé cómo, pero lo sé, y eso no me gusta nada.

                                                Narra Liam

    Bostezo, y, al mismo tiempo, paso mi brazo por los hombros de mi chica, la hermanita de Louis, para sorpresa de todos, y esa es mi Marta. Con una mirada que dirijo a mis amigos, salimos todos del bar-karaoke. Todas están que se caen de sueño, así que cada uno llevamos casi todo su peso encima. Miro a Niall. Pues sí, parece que ya no está tan enamorado de Sam como lo estaba antes. Caminamos por las calles hasta llegar al lugar donde nuestra limusina nos espera. Mañana por la noche es el concierto, así que hay que descansar y dormir muchas horas. Saldremos a París justo después del concierto.
Pasamos un rato dentro del vehículo. Las chicas se duermen en poco tiempo apoyadas en los hombros de mis compañeros, y hasta Louis cae rendido. Que pena que haya que despertarlo luego para que cargue con Megan. Hay que ver lo monos y lo tranquilos que parecen todos cuando duermen. Le tengo preparada una gran sorpresa a Marta, que he planeado con Louis, pero no la sabrá hasta después de la gira. Si supiera lo que es, ahora mismo estaría dando brincos.
 
                                                     ***

Cojo el móvil y desconecto la alarma antes de que suene. Marta se quedó anoche dormida en mis brazos, y no tuve más remedio que meterla en mi cama. No quiero despertarla, ella y las chicas se quedarán hoy descansando. Los chicos y yo tenemos que acudir al ensayo general.
Me levanto de la cama lo más suavemente que puedo y me dirijo al cuarto de baño. Me ducho y luego me pongo mis vaqueros cagados y mi camiseta de mangas cortas negra. Me peino echándome gomina y vuelvo a la habitación. Marta está tumbada boca abajo con el pelo en la cara. Sonrío, y antes de salir al pasillo, le doy un beso en la frente. Se estremece, cambia de postura y sigue roncando. En el pasillo me encuentro a los chicos:
-Ey, Liam-me dice Niall dándome palmadas en la espalda-.
-Ey, no te veo contento-respondo-. Sam se ha recuperado, ¿qué te pasa?
-Iris...
-¿Iris?-preguntamos todos al unísono-.
-Ya te lo dije ayer, Liam...
-No sabe si sigue enamorado de Sam-explico en su lugar-.
-¿Qué? ¡Oh, tío! ¡Ahora que te ha dado una oportunidad! ¡Y mira lo que ha dicho el médico! ¡Que salgas con ella!-salta Harry-.
-Lo sé, lo sé... Pero, ¿no visteis ayer a Iris cuando Sam me besó?
-Yo sí-interviene Zayn-. La conozco desde que éramos unos críos, y sé cómo es cuando le gusta alguien. Puede que no os conozcáis Niall, pero te digo que es muy buena chica, más que Sam, sin ánimos de ofender.
-Sam puede cambiar-le reprocha Niall-.
-Lo sé, como creo que ha hecho Cristina-dice Zayn mirando a Louis de reojo-. Pero, no puedes perder una oportunidad así con Iris.
-¿Y qué queréis que haga? ¿Buscarle un chico a Sam?-pregunta Niall-.
-Sí.
-Vamos al ensayo, chicos. Hablaremos de esto más tarde-digo, dando por finalizada la conversación-.
Nos dirigimos a la entrada del hotel, donde nos espera la limusina. Entramos y nos encontramos a Iris, que, sonrojada, baja la mirada mientras dice:
-Me llamó vuestro mánager para decirme que necesitáis fotos del ensayo general para una revista.
-No hay problema-contesto-.
Durante todo el camino, cada vez que Iris y Niall cruzan sus miradas, las apartan rápidamente. Todos nos sentimos incómodos, excepto Zayn, que habla como si nada con Iris de los viejos tiempos..
 
                                               Narra Iris
 
   Mientras hablo con Zayn de nuestra infancia, no dejo de mirar a Niall de reojo, y cada vez que nuestros ojos se encuentran, baja la mirada. ¿Está avergonzado de lo de ayer? ¿Será que ya no le gusta Sam? ¿Será que siente algo por mí? No creo que sienta algo por alguien como yo, imposible. Llegamos al estadio Wembley, y caminamos hacia los camerinos. Mientras los chicos se ponen su vestuario, yo preparo mi cámara. No es que me presentara para este trabajo porque se me diera bien hacer fotos, sino por las giras y porque estaría junto a... Zayn. ¿Y ahora? ¿Al lado de quién quiero estar? ¿Zayn? ¿O Niall?
Justo cuando termino de ajustar la cámara y colocarle el carrete, llegan los chicos. Tres de ellos llevan pantalones y camiseta negros y chaqueta blanca y los otros dos al contrario. Niall va de blanco. Le queda verdaderamente bien, le pega con su pelo, con sus ojos... con su todo. Suspiro mientras camino frente al escenario. Los chicos están montando una nueva coreografía, medio en broma medio en serio, mientras yo no dejo de mirar a Niall. Cojo la cámara y empiezo a hacer fotos, sin darme cuenta de que el 95% de ellas son de Niall.
Tras terminar sus coreografías, empiezan a cantar. Todas sus canciones son geniales, pero la de Story of my life... guau. Es nueva, como todas las de esta gira, pero esa es mi preferida, por ahora. Es como si todos me contaran la historia de su vida, pero cantando. De repente, oigo unos silbidos que provienen de las gradas. Me giro y puedo ver cómo Natalia, Megan, Ana, Marta y Sam vienen aplaudiendo. Bajo la cámara y me contengo para no irme corriendo de allí. Para colmo, Sam se acerca a mí, pidiéndome que le enseñe las fotos, y no tengo más remedio que hacerlo:
-Casi todas son de Niall. Qué guapo es-dice la chica, sonriendo-. Haz más de todos juntos o de los otros chicos por separado-añade-.
-Sé lo que tengo que hacer-respondo cortante-. Gracias por tu consejo.
Me levanto de mi asiento y me voy hacia los camerinos, pero oigo que alguien me sigue:
-¡Iris!-es Niall-.
Me paro sin poder evitarlo y me giro, encontrándome a Niall a quince centímetros de mí:
-¿Qué?-pregunto entrecortadamente-.
-Yo... yo... siento todo esto... lo de Sam...
-¿Por qué crees que me importa?-digo, empezando a llorar-.
-Iris, yo... es que... me gustaría conocerte más.


sábado, 7 de junio de 2014

Capítulo 5: El protector (El oscuro secreto)


-Él mismo me lo ha contado.
-¿Qué?-exclamo-.
-No me sorprende, con lo pesada que estabas y sólo llegaste ayer.
-¿Y es culpa mía? ¡Me ocultabais y me seguís ocultando algo muy importante!
-¡El protector es quien te lo tiene que contar!
-Yo creo que al menos debo saber quién es el protector.
-El protector es un chico que murió hace 100 años aquí por culpa de algo que ninguno sabemos, y su fantasma se quedó aquí para protegernos.
-¿Y funciona?
-No. Mis padres murieron porque no funcionó.
-Lo siento, supongo que no querrás ni ver al protector...
-Mis padres me trataban fatal, me da igual.
-Jen... ¿me perdonas?
-Claro-responde la chica-.
Nos abrazamos y decido cambiar de tema:
-¿Es verdad que Paul es tan peligroso?
-No... cuando me enfado suelto cosas que no son verdad.
-Ya tenemos dos cosas en común.
-¿Cuál es la otra?
-Que ambas somos muy cabezotas.
-Jajaja. Ven conmigo, quiero enseñarte algo.
-Está bien.
Jen tira de mí a través de la habitación y me lleva casi corriendo hasta la puerta oculta del tercer piso. Mira a todos lados y se saca una llave del bolsillo:
-¿Qué haces? ¡Hay demasiada gente!
-Tranquila, cierra los ojos.
-Jen....
-Ciérralos.
Le hago caso a regañadientes y cruzo los brazos sobre mi vientre. Cuando parece que han pasado unos 10 minutos, oigo una puerta abriéndose y alguien empujándome contra el suelo para sentarme:
-¿Jenni?
-Abre los ojos.
Abro los ojos y me los restriego con las manos. Tras acostumbrarme a la semioscuridad total de la habitación, veo cómo Jen coge un libro encuadernado en cuero de una pequeña estantería de madera:
-El protector era un chico que estuvo aquí hace ya 100 años, como te dije antes. Averiguó lo que realmente pasaba y pasa aquí y... lo mataron. Nadie supo ni nadie sabe qué es lo que averiguó.
-¿No se supone que no deberías habérmelo contado?
-El protector me regañará, pero me da igual. Es todo lo que sabemos Mery, Stephie, Jake, Max y... Paul.
-¿Sólo vosotros? ¿Y los demás niños?
-Desde que descubrimos este sitio... el protector se nos aparece a menudo. Sólo nos mira y se va.
-¿Y cómo supisteis su historia?
-Encontramos este libro escondido en un arbusto del bosque. Bueno, lo encontró Paul antes de que él y Jake se pelearan. El protector supo que habíamos encontrado el libro y nos dijo quién era y para qué estaba aquí, como a ti.
-Vaya...
-Ahora sabes lo mismo que nosotros y sólo es tu segundo día. Toma-dice la chica, tendiéndome el libro en cuero-. Supongo que querrás saber más cosas. Este libro es el diario del protector.
-¿En serio?
-Sí.
-Vale. Por cierto... ¿cómo me trajiste antes hasta aquí?
-Te guié.
-Jen...
-En serio.
-Jen... no quiero volver a enfadarme contigo.
-Siento que no me creas.
-Es la hora de cenar.
-He traído comida, hoy tenemos una reunión.
-Tengo ganas de dormir...
-Vete si quieres, te lo contaré todo mañana por la mañana.
-Vale. Adiós, Jen.
-Adiós, Ele.
Me despido de Jen con un beso en la mejilla y comienzo a subir por el pasadizo tanteando con las manos por delante de mí. Llego al final con el pelo empapado en sudor y abro tan solo una rendija de la puerta. No hay nadie, como suponía. Todo el mundo debe estar cenando. Dudo en si ir al comedor o a mi habitación. Si no voy a cenar, la directora sospechará de mí por lo de hoy al mediodía. ¡Sigue teniendo mi mochila! ¡No me acordaba! ¿Qué hago? Seguro que mañana estará esperando a que el dueño de esa mochila vaya a buscarla. Me odio a mí misma, pero no me queda más remedio que bajar al comedor e ir a buscar a Paul. Bajo rápida por las escaleras y me choco con alguien. Paul:
-¿Otra vez?-le saludo-. Justo te estaba buscando. Necesito tu ayuda.
-Soy todo oídos.
-Nuestras maletas, las sigue teniendo “la Sidney”. Estará esperando a que sus dueños vayan a recogerlas, y si mañana me ve sin maleta sospechará de mí.
-Ya me ocupo yo, tú vete a dormir.
-¡Pero te castigarán!
-Ya estoy castigado.
-¿Por escaparte?
-Sí, no les he dicho que la otra maleta es tuya, pero “la Sidney” ya sabe que es de una chica.
-Obviamente.
-Yo la recuperaré, no te preocupes-dice Paul, pasándome un mechón de pelo rebelde por detrás de la oreja-.
Me estremezco. Espero que no lo haya notado:
-Hasta mañana, Paul.
-Adiós, Elena.
-Llámame Ele.
Subo hasta el tercer piso y frente a mi habitación me encuentro a Jake:
-Hola-me saluda-.
-Hola-contesto con mirada interrogante-. ¿Qué haces aquí?
-La reunión ha terminado-contesta, pasándose la mano por el pelo-.
-Vale... voy a entrar... con Jen...
-Hasta mañana.
-Adiós.
Abro la puerta 99 y veo a Jen tumbada en la cama:
-¿Qué hacía Jake ahí fuera?-pregunta-.
-No tengo ni idea.
-Qué raro...
-Bueno, voy a leer.
-Vale.
Me tumbo en la cama y me saco el diario del protector del bolsillo interior de mi chaqueta. Sintiendo un cosquilleo en los dedos, abro la primera página:
12 de febrero de 1914
Hola, soy William Perkin. Acabo de perder a mis padres y recibí esta pequeña libreta para escribir en ella, así que eso es lo que hago. Me acaban de trasladar al orfanato Green Day, donde hay una directora llamada Sidney-¡Sidney! No es posible-. Los niños son muy pálidos y flacuchos y me han mirado con ojos vacíos y opacos. Me han trasladado a una habitación con el número 99. Tengo un compañero llamado Matt Skins, que no me ha dirigido ni una sola palabra. Todos los días hace exactamente el mismo ritual. Parece un robot. Tenemos que ir siempre con una especie de pijama a cuadros negros y con pies descalzos. Sólo tenemos derecho a comer una ración de comida, y dos veces al día. Las clases, si es que se les puede llamar así, son horribles, sobre todo para mí. No voy a poder llegar a ser nadie. Las camas son duras y las sábanas ásperas y sucias. Este lugar es muy raro, y pienso averiguar por qué.
-Vaya, menuda primera página-le digo a Jen, pero ya está dormida-.
Dejo el diario sobre la mesita de noche y me quedo en ropa interior. Apago la luz e intento dormirme.

Me desperezo y miro a mi alrededor. Jenni se está vistiendo. Miro a mi izquierda y veo mi maleta:
-¡Oh, gracias a Dios!
-¿Qué?-pregunta Jen-.
-Nada.
Me levanto de la cama y me dispongo a vestirme:
-Ele, hoy nos obligan a ponernos esto-dice Jen, señalando un pijama a cuadros negros que está colgado en el armario:
-¿Qué? ¡Es lo que le pasó al protector!
-Joder...
-¿Qué pasa Jen?
-Cuando los demás nos leímos el diario no pasó esto... Lo mejor será que dejes de leerlo o que lo quememos.
-¡No! ¡Aquí puede haber pistas!
-¡Pero Ele! ¡En ese diario todo es malo! ¿Qué quieres? ¿Que nos pase todo eso a nosotros?
-¡Puede que sólo sea una casualidad!
-Ya veremos... Si sigues leyendo el diario y sigue pasando esto, lo quemamos.
-Está bien.
Me pongo el pijama a cuadros negros y me dispongo a ponerme los zapatos:
-¡Ah! ¡¡Y tenemos que ir descalzos!!-grita Jen tirándose de los pelos-.
La chica sale de la habitación dando un portazo y yo voy tras ella después de hacerme una cola alta y colgarme la mochila a la espalda. Al salir, veo a todos vestidos iguales, descalzos, con rostro enfurecido. Menos mal que sólo Mery, Stephie, Max, Jake, Paul y yo sabemos lo del diario.
Bajo las escaleras y me topo con Paul:
-Qué guapa-dice irónicamente-.
-Anda que tú-contesto riéndome-.
-Sé que sabes lo del diario.
-¿Cómo?
-Ayer Jen me pidió que fuera a la reunión, y nos lo contó a todos.
-¿Jake estaba?
-No.
-¿Y qué hacía frente a mi habitación diciéndome que la reunión había terminado?
-No sé.
-Por cierto, gracias por la mochila.
-No hay de qué.
-Vamos a desayunar.
Caminamos quejándonos por algo que se nos hinca en un dedo del pie o algo que se nos queda pegado hasta que llegamos al comedor. Lo único que hay en el plato es una rebanada de pan reseca con mantequilla por encima:
-Gracias, Ele-me dice Max, que se me ha acercado por detrás-. Tenemos que quemar ese diario. Las cosas que vienen ahí sólo acaban de empezar. La última página es cuando matan al protector... ¿qué pasa si alguno de nosotros muere?
-Tengo que terminar de leer ese diario, así que hay que aguantar.
-Vaale-contesta el chico alborotándome el pelo-.
De reojo, veo cómo Stephie me mira triste, así que me acerco a ella:
-Lo siento.
-No pasa nada.
-Intentaré que Max no se comporte así conmigo.
-Sólo se ha comportado como un buen amigo. No pasa nada-repite la chica-.
-Está bien-respondo, bajando la mirada-. Y también siento lo del diario, pero voy a terminar de leerlo.

viernes, 16 de mayo de 2014

¡¡1 AÑOOO!!

¡¡¡HOY EL BLOG CUMPLE 1 AÑITOO!!! ¡¡¡A CELEBRARLOOO!!! ★★★★★★★☆☆☆☆☆★★★★★☆☆☆☆☆★★★★★☆☆☆☆☆

jueves, 24 de abril de 2014

¡NECESITO VUESTRA AYUDAA!

¡Holii! Pues bueno, necesito vuestra ayudaaa. Veréis, me he apuntado un concurso en facebook que acaba hoy, y necesito que me votéis. El concurso va sobre que te hacen una pregunta y tú tienes que responder lo mejor posible. Lo único que tenéis que hacer es ir a este link http://a.pgtb.me/2CvzCV?app_data=entry_id%3D52915443&fb_source=timeline&ref=profile#_=_,  y busca el texto de Marina Mathis Pérez, tal y como está escrito, y le das a votar. Para hacerlo necesitas facebook, y si tienes, hazlo por favor, te estaré infinitamente agradecida, ¡Muchos besos! =D

miércoles, 23 de abril de 2014

Capítulo 4: Dicho y hecho (El oscuro secreto)


-¡Arriba, Elena! ¡Llegamos tarde!-me exclama una voz impertinente-.
Resoplo fuertemente y miro a Jen. Está poniéndose un top, unos shorts vaqueros rotos y unas vans negras. Oh no, el “instituto-colegio”:
-No quiero ir.
-¿Sabes que si no vas “la Sidney” te castigará de por vida?
-Ni lo sabía, ni me importaba.
-Yo que tú iría.
   La chica sale de la habitación dejándome sola, no sin antes tirarme un cojín a la cara. Estoy deseando contarle lo de Paul, pero tengo que fingir que aún estoy enfadada por lo de ayer. Quiero que sepan que soy muy cabezota y que tengan cuidado conmigo.
A regañadientes, me visto con unos shorts deportivos negros, una camiseta de tirantes blancas y una gorra de Obey y salgo con la mochila que utilizaba para mi antiguo instituto. Voy mirando el Whatsapp mientras subo la escalera hasta el tercer piso. Apenas hay cobertura, y eso me pone de los nervios. Mientras guardo el móvil en la mochila, me choco con alguien. Es Paul:
-¿Siempre que nos encontremos tengo que chocarme contigo?-es mi saludo-.
-¿No te gusta?-me pregunta sonriendo pícaro-.
-No es que no me guste, es que duele. ¿A dónde vas? ¿No tienes clases?
-Voy a hacer novillos. Además, no estoy en tu curso.
-¿Cuántos años tienes?
-Diecinueve.
-¿Y por qué sigues aquí?
-Porque no tengo nada que hacer. ¿Vienes?
-Es mi primer día, la directora se dará cuenta de mi ausencia...-contesto, a pesar de que tengo unas ganas horribles de dar una vuelta con ese chico-.
-Como quieras. Adiós.
Paul me rodea rozando mi brazo y me deja allí de pie:
-¡Hola!-me saluda Stephanie, que se ha acercado a mí-.
-¡Hola!
-Oye... ¿ya conoces a Paul?
-Sí... y ya sé que él y Jake no es que se lleven muy bien, pero... es interesante.
-Lo sé. Cuando estaba en nuestro grupo, Mery estaba colada por él.
-¿Y por qué se fue con Jake?
-Porque Paul no demostraba su amor como lo hacía Jake.
-Ah.
-Paul empezó a demostrarlo cuando Mery y Jake empezaron a salir, y luego ellos dos se pelearon y Jake salió ganando. Dijeron que quien perdiera tendría que irse del grupo.
-Menudo lío-contesto resoplando-.
-Oye... a ti te gusta Jake, ¿verdad?
-No sé... rompí con mi novio antes de venir aquí. Me engañó con mi mejor amiga.
-Vaya, lo siento.
-¿Y qué tal tú con los amores?
-Horrible. Me gusta Max, pero a él le gusta Jenni, y ella es mi amiga.
-¿Y Jenni?
-Ella pasa de todo-contesta riéndose-. Vamos a clase, que llegamos tarde.
Entramos en nuestra aula, donde ya están sentadas mis amigas y cinco o seis más chicas que aún no conozco. La directora me entrega un libro de Ciencias, otro de Matemáticas y otro de Lengua y Literatura:
-Directora, ¿cómo nos vamos a sacar Bachillerato dando sólo tres asignaturas?
-Fácil. No os lo sacáis.
-¿Y si nos hace falta para buscar trabajo?
-Pues te pagas un instituto privado.
-Bueno, pues vale.
   Paso las cinco horas de clase aburridísima. Estamos “repasando” las ecuaciones de tercer grado y los monomios y polinomios. ¡Si eso es de 2º de la ESO!
Por fin, la directora nos ordena que salgamos de allí y acaban las clases. Stephanie y Jen se acercan a mí:
-¿Por qué te has puesto así por lo del trabajo? ¿No ves que no podemos salir de aquí?-me dice Jen-.
-¿Qué dices? ¡Esto no es una cárcel! ¡En cuanto sea mayor de edad, puedo largarme!
-¡No! ¿Sino por qué crees que Paul sigue aquí?-interviene Stephanie-.
-¿Paul?-pregunta Jen-. ¿Lo conoces?
-Sí, no me has dejado contártelo. Y Paul me ha dicho que sigue aquí porque no tiene nada mejor que hacer.
-Claro, claro-contesta Jenni-.
-Oye, no te pongas así. ¿Cómo sé que no puedo irme sino me contáis lo que pasa?-me quejo-.
-Ocúpate tú, Stephie.
-Ele... sólo te diré algo. El chico de las gafas que viste... todos lo hemos visto y todos supimos lo que ocurría después, solos. Nadie nos lo contó, ni nadie te lo puede contar.
-Está bien. Me voy con Paul.
-No puedes, hay que comer.
-No quiero.
-Aunque no quieras, no puedes escabullirte-continúa insistiendo Jenni-.
-¿Qué pasa? ¿Te gusta Paul o qué?
-¡No! Tú no supiste lo que le hizo a Jake.
-¡Oh, vamos! ¡Tampoco debió de ser para tanto!
-Tú no sabes nada-concluye la conversación Jenni alejándose de allí-.
-¿Y a ésta qué mosca le ha picado?-pregunto a Stephie-.
-Tiene la regla.
-Ah, eso lo explica todo-contesto irónicamente-.
   Me despido de Stephie. A pesar de la discusión con Jenni, sigo queriendo ir con Paul. Salgo disimuladamente del orfanato y me encuentro al chico escondido tras unos arbustos. Cuando me acerco a él, enseguida me susurra:
-Sabía que vendrías.
-¿Llevas esperándome aquí desde esta mañana?
-Puede. Vamos, quiero enseñarte algo. Deja la mochila aquí.
Me coge de la mano y tira de mí a través de un estrecho sendero por el bosque. Los árboles cada vez son más densos y más altos, y los rayos de luz apenas llegan a nosotros:
-¿Dónde me llevas?
-Como te vas a quedar sin comer, a hacer un picnic.
Llegamos a un claro lleno de hojas secas. En él hay un mantel blanco a cuadros rojos en el cual hay una cesta llena de sándwiches, una tortilla y refrescos:
-Qué hambre, y gracias.
-No hay de qué.
Nos sentamos en el mantel, y mientras me como un sándwich, me dice:
-Oye, me he enterado de lo que te pasó en la ducha.
-¿Cómo lo sabes?
-Sigo hablando con Stephanie y Jen. Son las más honestas. Además, a todos nos ha pasado eso.
-¿Me cuentas tú quién es ese tío de las gafas?
-No debo ser yo quién te lo cuente. Lo sabrás tú sola.
-Ya, claro...
-Oye, yo quiero contártelo, Stephie y Jen también, pero... si te lo contamos nosotros, no lo sabrás tú sola, es más... no entenderías nada y...
-Vale, hablemos de otra cosa porque me estás liando. Jen me ha dicho con una... indirecta, que eras peligroso.
-¿Qué?
-Me dijo que le habías hecho mucho daño a Jake...
-¿Y tú la crees? Mira, Jen me cae bien, pero esa chica tiene un problema...
-No hables mal de ella.
-¿Qué no hable mal de ella? ¡Se ha enfadado contigo sin razón!
-Oye, tengo que irme. Gracias por el picnic.
   Me levanto, y sin girarme, empiezo a caminar por el sendero de vuelta al orfanato. Ya no tengo hambre, pero aún tengo una cosa por hacer. Se acabó la cabezonería. Tengo que disculparme con Max, Mery, Jake y Jenni. Camino tranquilamente, hasta que algo me coge por detrás. Justo cuando voy a gritar, ese alguien me tapa la boca. Me lleva detrás de unos árboles, me gira y....
-¡¿Qué coño quieres?!-le grito al chico de las gafas-.
-Tú.... tú.... ya has entrado..... no puedes salir.... ten cuidado.... no te alejes de tus amigos.... nunca... nunca te quedes sola-me contesta con voz ronca-.
-¿Quién eres?-pregunto bruscamente-.
-Soy el protector-contesta desapareciendo-.
   Me quedo quieta, sin poder moverme. ¿El protector? ¿Para protegerme de qué? ¿Alguien tan raro, que desaparece sin más y que ni conozco? Me levanto y escucho alguien correr hacia mí:
-¿Estás bien? Te he oído hablar con alguien-dice Paul-.
-Era... era el protector-contesto suspirando-.
-¿Ya te ha dicho quién es? Es demasiado pronto.
-Qué más da. Sólo me ha dicho que es el protector, nada más. No entiendo nada.
-Aún no sabes todo.
-¿Y tan grave era decirme que ese tío es el protector?
-Sí, porque... ¡oh, no! ¡La directora! ¡Escóndete!
-¡Paul!
Veo al chico irse corriendo por la dirección contraria. Me escondo tras un ancho alcornoque, y al pasar la directora, veo que lleva nuestras mochilas. Mierda. Espero que no sepa que son nuestras. La veo alejarse, y sé que es mi oportunidad. Salgo de mi escondite y voy corriendo al orfanato. En el corredor me encuentro a Paul:
-Lleva nuestras maletas-le digo-.
-Ella sabe que es la mía, me ha pasado muchas veces, pero no sabe de quién es la otra.
-¿Y qué hace cuando pilla que alguien ha salido?
-Mejor que ni lo sepas. Vete a tu habitación. Si nos ve aquí, sospechará.
-Está bien... y, gracias por todo-me despido, dándole un beso en la mejilla-.
Camino hasta el segundo piso, a la habitación 99. Al entrar, veo a Jenni tumbada en su cama. Genial, también es una cabezota:
-Oye, Jen... si te he molestado... lo siento.
-No te preocupes. Sé que ya has visto al protector.
-¿Cómo lo sabes?
-Él mismo me lo ha contado.