Capítulo 24: ¿Os gusta? (Best Song Ever)

                                                    Narra Natalia

Me desperecé lentamente al oír el incesante sonido del despertador del móvil, ya que, aunque la canción que sonara fuera la de Moments, el sonido del despertador siempre es insoportable. Tras maldecir al móvil, mirar la hora (las ocho de la mañana), y destaparme malhumorada, me dirigí al cuarto de baño para ducharme. Hoy eran los primeros ensayos de los chicos para el primer concierto en Londres. Una vez estuve desvestida y lista para meterme en la ducha, empecé a oír una melodía que comenzaba a salir de las cuerdas de una guitarra y cómo unos versos empezaban a salir de la boca de alguien

-Written in these walls are the stories that I can’t explain
I leave my heart open but it stays right here empty for days

She told me in the morning she don’t feel the same about us in her bones
It seems to me that when I die these words will be written on my stone...

-Joder, que despertador más bueno que tienes-me susurró Ana desde la cama, mientras se oía como bostezaba-.

-¿Qué?-contesté, como en estado de shock-. No, no es mi despertador.

-¿Y entonces qué es?-contestó Ana, acercándose al cuarto de baño-.

- And I’ll be gone, gone tonight

The ground beneath my feet is open wide

The way that I been holdin’ on too tight

With nothing in between

The story of my life I take her home

I drive all night to keep her warm and time...

Is frozen (the story of, the story of)

The story of my life I give her hope
I spend her love until she’s broke inside
The story of my life (the story of, the story of)...

Sin poder evitarlo, unas lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos de la emoción y de la piel de gallina que comenzaba a tener en la piel. Miré a Ana. Ella también lloraba:

-Son, son los chicos-dijo, tartamudeando-.

-Y creo que... esa es su nueva canción.

-The story of my life....-terminó de cantar Harry-.

Aún con millones de emociones a flor de piel, me metí en la ducha y, ya sin quejarme por la hora que era, me duché rápidamente, deseando ir a ver a los chicos.

                                                 Narra Marta

Me dirigí al pasillo, atraída por esa música, y vi que Megan estaba con el oído pegado a una de las puertas del pasillo:

-Megan...-comencé a hablar-.

-¡Marta! ¿Tú también la has oído?-me preguntó Megan con lágrimas en los ojos-.

-Sí, la letra es muy bonita, y....

-¡Son los chicos!-volvió a interrumpirme-.

-Lo sé...-contesté, sintiéndome inútil y desplazada-.

Cuando iba a volver a mi habitación, oí cómo una puerta se abría y como unos pasos se acercaban a mí. Era Liam:

-¡Marta!-me habló por primera vez en tres días-.

-Hola Liam...-contesté desanimada-.

-¿Te... te ha gustado la nueva canción?-me preguntó tímido-.

-Desde mi habitación no se oía bien...-me inventé, a punto de llegar a la puerta de la intimidad: mi habitación-.

-¿Te pasa algo?-aventuró el chico cogiéndome de los hombros-.

-Liam... lo del otro día en el aeropuerto... yo....

-No te preocupes. Si no quieres salir conmigo lo entiendo. Somos polos opuestos-copió mi frase-.

-Bueno, respecto a eso...-comencé a hablar-.

-No hace falta que me lo digas, Marta. Sé tu respuesta. Podemos ser amigos-sonrió-.

-Pero Liam... es que....

-Tranquila Marta, no hace falta que me lo digas.

-¡Liam! ¡Que sí quiero salir contigo!-grité fuera de mis casillas-.

El chico me miró con cara asombrada, y ahí se me paró el mundo.

                                                  Narra Sam

Abrí los ojos. Estaba rodeada de paredes blancas, encerrada. Tumbada en una cómoda camilla, con sábanas igualmente blancas. Se abrió la puerta y entró una enfermera ataviada con una bata blanca y unos cuantos bolígrafos en uno de los bolsillos:

-Bienvenida, señorita Sam. Está usted en Londres, en el hospital Woman and children. Espero que se encuentre bien. Enseguida le traigo la cena.

Y la mujer se fue, dejándome totalmente desorientada.