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martes, 5 de noviembre de 2013

Capítulo 22: Sigue a tu corazón (Best Song Ever)


                                                       
Narra Marta

-¿Siempre soy la última en enterarme de todo?-le dije a Nata, que estaba alegre y triste al mismo tiempo-.
-Lo siento Marta, es que... puf. Ya no sé qué hacer-y se llevó las manos a la cara-.
-Sé que esto es difícil, yo también perdí una amiga hace tiempo....-la consolé, sonriendo débilmente, pensando en Alejandra-.
-Pero, pensaba que, pensaba que mi amistad con Sam era para siempre.... Gracias a ella, vinimos al concierto, gracias a Megan, conocimos a los chicos en persona, y... ¡No puedo seguir así con Sam!
-No es tu culpa si Zayn te quería a ti, y no a Sam. Es ella la que se ha enfadado.
-Ya... pero aún así yo me besé con Zayn en su cara.
-No sabías que estaba ahí.
-Tengo que disculparme con ella.

Narra Niall

Sam seguía mirándome con cara de no saber qué demonios estaba pasando en este momento, así que me decidí a hablar:
-Supongo que es un no...-y me giré, dispuesto a irme de allí, arrepentido por haber seguido el consejo de Harry-.
-¡Espera!-exclamó Sam, levantándose de la cama y tocando mi hombro:
-Niall, apenas nos conocemos, quiero decir, que apenas hemos hablado y demás....
-¿Y eso qué importa? Yo te quiero.
-Ya me he dado cuenta-soltó una pequeña risita-. Pero ahora estoy regular por la traición de Nata y eso...-y volvió a sentarse en la cama justo cuando pensaba cogerle la mano-.
-Si te cuento algo, ¿me creerás?
-Depende de lo que sea.
-¿Te cuento o no?
-Está bien.
Me acerqué a su cama y me senté a su lado. Llenando mis pulmones de aire, empecé a hablar:
-Te quise desde que te vi la primera vez. Sé que te dejé una nota y demás, pero te enteraste por Nata, porque a ella le importas, y mucho. No se ha besado con Zayn en tu cara a sabiendas, ni Harry se ha puesto a bailar queriendo, supongo que sabrás que es así. Tienes que darte cuenta de que no siempre puedes conseguir lo que quieres, yo a veces lo consigo, y otras no, como cualquier persona normal.... Nata es muy buena persona, y lo sabes. Sé que en el fondo no te quieres enfadar con ella, pero tu cabezonería y tu cabeza te dicen que lo hagas. Zayn quería estar con Nata desde hacía tiempo, pero ella renunció por ti, a pesar de que lo quería, para no hacerte daño, al igual que hizo Zayn al no pedirle salir antes. Les importas, y no tienes por qué enfadarte con ellos, si lo que quieren es ser felices y estar juntos. Me tienes a mí, sabes que siempre estaré ahí esperando mi oportunidad, lo único que te pido es que por favor no estropees la relación entre Zayn y Nata, no me gusta ver mal a Zayn, además, en el fondo, estás alegre por Nata, aunque también celosa. Tienes a un chico que daría todo y más por ti. Sigue a tu corazón y deja tu cabezonería de lado Sam-terminé de hablar, respirando agitadamente-.
Sam estaba como en una especie de estado de shock, así que salí de la habitación detrás de Ana y Harry, que parecían muy enamorados.

Narra Liam

Aún no me creo que Marta sea adoptada y que haya trabajado como strip-teasse... ¿Por qué sigo pensando en ella? ¿Por qué no me la puedo quitar de la cabeza? Liam, piensa bien, ¿te gusta porque te da pena o porque te gusta de verdad? La verdad, no lo sé. Si fuera por pena, no me habría atrevido a besarla así como así en el aeropuerto. Siempre soy muy tímido con las chicas como para hacer eso, pero ella es.... diferente, única, no sé, especial.... Es un pensamiento que no me puedo sacar de la cabeza en ningún momento.

Narra Megan

-¡Lou! ¡Voy a ducharme!-grité, metiéndome en la ducha-.
-¡Vale cielo!-me contestó-.
Al encender el agua, no pude evitar mirar hacia abajo y mirarme el vientre, preocupada por la gordura del embarazo. ¡Oh, Megan, sólo estás de dos semanas! ¿Y qué? Me gusta estar flaca. ¿Tanto he cambiado en tan poco tiempo? Antes era más pasota, más “vive la vida al máximo” más “de rollos de una noche” Uff... No quiero ni recordarlo. Puede que lo dejara hace un mes, desde que empecé a salir con Louis, pero eso de los rollitos, fue divertido, cuando los tíos no se volvían locos, como mi último rollo de una noche: Paco, el tío que le gritó a Nata por teléfono.
Intenté dejar de pensar en lo que ya era el pasado de mi vida anterior, totalmente diferente a la de ahora, y me eché agua por todo el cuerpo por no sé cuánta vez:
-Meggie, ¿te falta mucho? Yo también tengo que ducharme-me dijo Louis entrando al cuarto de baño-.
Mirando a través de la cortina, apagué el agua como contestación, cogí mi toalla y me enrollé con ella:
-Oye. ¿te has enterado de lo que acaba de pasar?-volvió a hablar el chico, alborotándome el pelo-.
-Pues no, pero como soy muy cotilla, me lo vas a contar.
Y me contó toda la historia entre Sam y Nata mientras se duchaba, el beso de Nata y Zayn, el enfado de Sam, Niall le había pedido salir a Sam consiguiendo un no por respuesta, Harry y Ana estaban juntos, y Liam y Marta estaban ahí ahí:
-Si que parece esto una revista de cotilleos ¿eh?-dije mientras me vestía-.
-La verdad, sí. Lo que espero es que no se entere ninguna fan loca y que lo cuelgue por todas partes, creando una página web de cotilleos....
-Esto se está volviendo una locura-le interrumpí, abrochándome la blusa-.
-¿No te gusta lo que estás viviendo?
-Sí, me encanta, pero.... sigue pareciéndome todo tan... irreal. Aún no me creo que te, que os hayamos conocido, que esté saliendo contigo, es.... muy raro.
-Para mí también es raro haber encontrado a mi hermana.
-¿Tu hermana?
-Emm....
-Louis, ¿qué me estás ocultando?

Narra Natalia

Ese beso con Zayn fue el más bonito que he dado en toda mi vida, el único que he dado con amor e ilusión. De repente se oyó un grito que provenía del pasillo. Salí al pasillo al igual que Marta, que estaba en la misma habitación que yo, y vimos cómo Sam sangraba por el brazo en mitad del pasillo, cómo Niall entraba en un ataque de pánico, y como los huéspedes empezaban a salir de sus habitaciones atraídos por los gritos. Junto al brazo sangriento de Sam había restos de lo que era una lámpara de cristal, que había caído del techo. Me acerqué a Sam, que ya deliraba y amenazaba con cerrar los ojos:
-¡Sam! ¡Sam!-grité-.
-Nata, lo, lo siento mucho-me dijo en apenas un susurro-.
-Yo, te perdono, te perdono, te vas a poner bien ¿vale?-le contesté, abrazándola mientras las lágrimas pugnaban por salir de mis ojos-. ¡Zayn, llama a una ambulancia!
Oí como el chico corría hacia el teléfono de su habitación, y a partir de ahí, no me separé de Sam en ningún momento.

                                                        ***

Niall y yo íbamos de un lado para otro de ese pasillo de paredes blancas y suelo de granito:
-Tranquila Nata, se va a recuperar-me dijo Zayn abrazándome-.
-¡Pero cómo le ha caído una lámpara del pasillo en el brazo!-exclamé-.
-Puede que haya sido el karma-intervino Harry-.
-¿El karma?-dije, soltando una risita nerviosa-.
-Claro. Le han devuelto lo malo que ha hecho.
-¿Y qué ha hecho?-dijo Liam-.
-Pues insultar a Nata y Zayn sin ningún motivo...-empezó Harry-.
-Harry. Cariño-intervino Ana levantándose de la silla dura y acercándose al chico para cogerle de los hombros-. ¡No es momento de hacer bromas!-añadió-.
-Pero es verdad, es el karma.
-¡Que no hay karma coño!-grité, ya enfadada y preocupada por mi amiga-. ¡Ha sido la mala suerte de estar en el sitio equivocado en el momento equivocado!
-Oye, no es por interrumpir, pero es que estoy echa un lío, ¿dónde están Megan y Louis?-preguntó Marta-.
-Se han quedado en el hotel a ayudar a limpiar los destrozos y demás-contestó Liam-.
-Ah, está bien-respondió Marta-.

Narra Megan

Tras limpiar los cristales rotos, la sangre del suelo, colocar una lámpara nueva, ser disculpados por el director del hotel y cenar, Louis y yo volvimos a nuestra habitación, y abordé la conversación que nos había sido interrumpida con el accidente de Sam:
-Bien cielo, ahora quiero que me expliques bien lo de tu hermana o yo que sé.
-Antes dije que era raro haber encontrado a mi hermana al fin.
-Louis, ya tienes todas tus hermanas en la casa de tu madre. Que yo sepa, no tienes ninguna más.
-No es así.
-¿A qué te refieres?
-Siéntate, que viene una larga historia.
Louis y yo nos sentamos en el sofá de la suite, y cuando estuvimos cómodos, Louis empezó su historia:
-Verás, cuando yo tenía cinco años, ya tenía una hermana, una, no dos, que es lo que realmente tenía. Mi primera hermana no iba sola, tenía una melliza. Para entonces, mis hermanas eran aún bebés. Éramos todos felices, hasta que llegó al pueblo la peor noche de nuestras vidas. Una noche, alguien provocó un incendio que arrasó todo el pueblo, así que tuvimos que irnos como pudimos, antes de que acabáramos todos muertos, pero no todos habíamos salido bien. Una de mis hermanas se había quedado en la cuna, olvidada por todos, menos por mí. Yo quería volver a por ella, pero mi madre insistía en que si volvíamos allí, nos sería imposible de salir vivos. Yo tenía la esperanza de que los bomberos la salvaran, pero sin esperar siquiera, mi madre, yo y mi otra hermana, nos fuimos del pueblo a casa de mi abuela. Ya no supe más de mi hermana hasta una semana después, cuando la noticia de mi pueblo salió en el periódico nacional. La noticia anunciaba que en total había nueve víctimas, una de ellas un bebé. Deseaba que ese bebé no fuera mi hermana. Lo demás no me interesaba, no venía nada más que me importara. Le hablé a mi madre, le enseñé el periódico, le supliqué que volviéramos a nuestro pueblo para ver si mi hermana seguía viva, pero mi madre no quería saber nada de eso, ya que se odiaba a sí misma por haber partido del pueblo directamente.
-Vaya...-le interrumpí-.
-Durante varios meses investigué todo lo que pude sobre el incendio, pero ya nadie me hacía caso. Tras varios años de depresión por haber perdido a mi hermana, y ya con las esperanzas acabadas, se creó One Direction. Todo iba genial, entonces os conocimos. Mi hermana tenía una marca de nacimiento en el cuello en forma de círculo con un punto en la parte de arriba.
-No me digas que...
-Marta tiene esa marca de nacimiento, exactamente igual que la de mi hermana. Cuando vi la marca en su cuello, supe que ella era mi hermana, bastante cambiada, pero con mis ojos, y mi sangre. Mi sensibilidad y mi carácter. Mi hermana se llamaba Lara. Al ser adoptada, se llama Marta.
-No me jodas...-dije, más sorprendida que nunca en mi vida-.
-Nadie sabe esto, sólo tú y yo. Marta era un bebé cuando todo pasó. Ella piensa que sus padres la abandonaron porque su madre era una puta y su padre un alcohólico, que es lo que el orfanato le contó a sus padres adoptivos. Pero eso no es así. Marta tiene unos padres geniales, un hermano, yo, una hermana melliza, y otras dos hermanas.
-No me lo puedo creer...
-No sé cómo soltarle todo esto a Marta. No se lo va a creer.
-Hay que buscar una forma de que lo crea. Yo te creo. Y lo de la marca de nacimiento y los ojos, que ahora que me fijo, son iguales que los tuyos...
-Quiero recuperar a mi hermanita.
-Yo te ayudaré, no dudes en ello.

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