-¡¿QUÉÉÉÉÉ!?¡NO PUEDE SER!
Antes de salir fuera, estaba la abuela de Miriam y sus padres estaban
de viaje.
-Mi abuela desapareció justo
cuando saliste y recibí un mensaje desde el móvil de mi padre de
alguien que había escrito: entrega tus poderes, así que está
claro. Por eso nos asomamos por la ventana, y me alegro de haberlo
hecho, jajaja.
-Miriaam-dije molesta-.
-¿Qué ocurre?-preguntó
interesado Tomás-.
-Que ahora Ángel y Paula están
juntos-contestó Diana-.
-¡Pero seréis pesados!-dijimos
Ángel y yo al unísono-.
Al oírlo nos miramos y nos reímos
y los demás se unieron a nuestras risas poco después de nosotros.
Pasó un rato sin que pudiéramos parar de reír, pero al final, les
dije a todos que se callaran, que teníamos que trazar un plan para
salvar a las familias:
-Venga, a pensar ¿qué podemos
hacer?-pregunté-.
-Lo primero llamar al mago
Nicolás-dijo Mario-.
-¡Bien pensado!-dijo
Miriam-.¿Quién lo llama?
-Todos-dijimos todos al unísono-.
Y otra vez a reírnos. Era como si
todos estuviéramos conectados con cables y pudiéramos ver lo que
pensaba el otro:
-Bien, cuento hasta tres, una, dos
y ¡tres!
-¡GRAN MAGO NICOLÁS FLAMEL, LE
NECESITAMOS!-gritamos todos-.
Con un “¡puf!” el mago
Nicolás apareció en el salón de la casa de Miriam, donde estábamos
todos:
-¡Pero, bueno! ¿Qué es todo
esto?-nos preguntó observándonos de uno en uno-.
Ángel se llenó de valor y dijo:
-Nos hemos unido todos para salvar
a nuestras respectivas familias. Todas y cada una de ellas han
desaparecido.
-¡¿QUÉÉÉ!?-dijo
sorprendidísimo el mago Nicolás-.No puede ser...
-Y ahora no lo va a contar-dije,
recordando lo que había pasado antes-.
-Paula, sí os lo voy a contar,
porque ahora ha desaparecido más de una familia.
-Ah, claro-dije refunfuñando-.
-Bueno, chicos, lo que pasa, es,
que en primer lugar, lo que ha hecho todo eso es una antigua bruja
que no quería desaparecer, para ser sincero... es mi
tataratatarabuela.
-Dios-dijo Miriam sorprendida-.
-Lo que pasa, es que se enfadó
mucho cuando mi tatarabuelo ocupó su puesto, así que fingió que se
iba al cielo, pero en realidad, quería recuperar sus poderes, por
eso durante todo este tiempo ha ido ocupando a los padres y madres de
los jóvenes que tenían poderes y haciéndolos sufrir les quita
parte de sus poderes. Paula, a ti ya te ha quitado un poco de tu
poder, pero tan poco que ni se nota. A los demás, ha hecho que
desaparezcan vuestras familias para haceros sufrir y quitaros poder.
Por ahora, no os ha quitado nada.
-Menos mal-dijo Mario, ahora más
serio-.
Miriam miró a su novio como si
mirara a un dios. La verdad es que Mario era bastante mono, pero me
gustaba más Ángel.
El mago Nicolás seguía
mirándonos sorprendido, así que con tanto silencio como había, me
harté y comenzé a hablar:
-Y, mago Nicolás, ¿cree que
todas las familias estarán en el mismo lugar?
-Sí, Paula-dijo-.Y ahora que
están encerradas todas, mi tataratatarabuela Jane,
está intentando robaros vuestros poderes haciéndoos sufrir:
-¡Qué bruja!-bramó Tomás-.
-Ya, bueno. Lo que iba diciendo es
que, mi tataratatarabuela Jane, os intenta robar vuestros poderes,
maléficamente por cierto, pero para que no ocurra eso, tenéis que
estar unidos, ya que es la única forma de vencerla.
-Eso está hecho-dijo
Miriam-Nosotros nos llevamos genial, aunque a Lucía le veo algo
raro...
-Eso es lo que quería deciros.
Lucía está así de extraña porque como era la única de vosotros
que no tenía poderes, Jane, si no os importa la llamaré así, se
aprovechó y le echó un encantamiento para distanciarla de vosotras,
y así poder dominar su cuerpo a sus anchas.
-Ya sabía yo que algo le pasaba a
Lucía-dije-. Estaba muy extraña y distanciada de nosotras
últimamente.
Me fijé en que todos los allí
presentes tenían un poder y que, con todos ellos, podríamos vencer
a esa Jane, salvando a nuestras familias, encerradas en el mismo
lugar.
Empezamos a escribir uno por
uno en la pizarra de rotulador de Miriam. Cada uno escribió lo que
le parecía que teníamos que hacer. Yo, lo primero que escribí,
fue, que como teníamos que estar unidos, podríamos dormir en la
misma casa, chicas con chicas y chicos con chicos, por supuesto. Al
leer mi propuesta, todo el mundo asintió, aprobando mi idea, así
que todos excepto Miriam y yo, que ya teníamos todas nuestras cosas
allí, fueron a sus casas a buscar las suyas. Mientras, Miriam y yo
empezamos a preparar unos colchones, que el mago Nicolás había
hecho aparecer de la nada. Cuando hubimos terminado de prepararlo
todo, nuestros amigos ya estaban allí esperándonos, con sus maletas
y sus objetos más importantes preparados. Cada uno de los chicos se
fue a su habitación y eligió una cama, que fue lo mismo que hicimos
las chicas, instaladas en la habitación de Miriam. Una vez todos nos
hubimos puesto nuestros pijamas, bajamos a la cocina y decidimos
pedir tres pizzas familiares, dos de cuatro quesos y una de jamón y
queso.
asdfghjklñ *.* Me encanta esta historia! Es genial! En serio Marina no pares de escribiir.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Irene! Claro que seguiré!! 1 Beso!!
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