Narra
Marta
-¿En serio te pasó eso?-le decía
a Nata por teléfono-.
-Sí, te lo juro, Miguel ha estado
a punto de violarme en mi propia casa.
-Es muy fuerte-susurré-.
-Lo sé. Bueno, tía, te dejo, que
mi madre me obliga a ir a un psicólogo por lo que me ha pasado-puso
los ojos en blanco detrás del teléfono-. Nos vemos, xauu te
quieroo.
-Y yoo pequee.
Y colgué. Dios, qué fuerte.
Nata había estado a punto de perder su virginidad violada por
Miguel. Sabía que ese tío tenía malas intenciones.
Cambiando de tema. Hacía dos
días que habíamos vuelto de Madrid, y echaba muchísimo de menos a
Liam, y no sabía por qué. ¿Lo quería cómo a más que un amigo?
Pues... sí. Era tan cariñoso y bueno conmigo, consolándome por lo
de mis padres...:
-Niña, ordena tu cuarto-me dijo
mi madre, asomándose por la puerta de la habitación-.
-Mamá, es mi desorden y mi vida.
Así que no lo ordenaré.
-¿Qué has dicho jovencita?
-Que no lo voy a ordenar.
-Estás castigada sin salir una
semana.
-¡Mamáá!
-Te aguantas, me has hablado mal,
así que te jodes.
Vaya ejemplo de padres que
tenía. En realidad, esto no lo sabían mis amigas, mi padre había
estado a punto de levantarme la mano varias veces, y mi madre me
trataba fatal. Sólo se preocupaban por el maldito bebé que iban a
adoptar. A ese sí que lo trataban bien:
-Mamá, ya estoy harta de esta
vida.
-¿Qué dices?
-Que me voy de casa.
-¡No seas gilipoyas!
-¡ME TRATÁIS FATAL, YA ME HE
HARTADO DE TODO! ¡ME PEGÁIS, ME HABLÁIS FATAL Y NO ME HACÉIS NI
PUTO CASO! ¡PODRÍA SUICIDARME Y NO DERRAMARÍAIS NI UNA SOLA
LÁGRIMA!
-¡ESTÁS ADOPTADA!-gritó mi
madre, fuera de control-.
-¿Qu- qué?
-¡Lo qué has oído niñata!
¡Pedimos un niño en el orfanato y nos entregaron una niña, tú!
¡Por eso adoptamos otro niño, para reemplazarte! ¡Así que si te
vas de casa me da igual, serás una vagabunda, o una puta, como tu
madre biológica!
-¡¡NO INSULTES A MI MADREE!!
Me acerqué a la mujer que tan
mal me había tratado toda mi vida, me había mentido y pegado, y le
tiré de los pelos y luego la empujé. Mi madre adoptiva cayó al
suelo, con las manos en la cabeza. Yo cogí mi móvil y mi hucha y
salí de mi cuarto. Bajando las escaleras, me encontré frente a mi
padre, que me apuntaba con un cuchillo:
-¡NI TE MUEVAS!
-¡NO ES LO QUE QUERÍAIS! ¡QUE
ME FUERA! ¡PUES ME VOY!
Haciendo caso omiso al cuchillo
que tenía en la mano el hombre, me acerqué a él, le empujé, lo
que hizo que cayera rodando por las escaleras, y llorando y
totalmente destrozada salí de mi antigua casa, cerrando de un
portazo. Era... adoptada.
Narra Megan
Estaba tumbada en mi cama cuando
llamaron al timbre. Recordando que vivía sola, bajé las escaleras,
cansada, y me dirigí a la puerta. Era el cartero:
-¿Señorita Megan?-preguntó-.
-Sí, soy yo. Dígame.
-Este paquete es para usted.
¿Podría firmar aquí?
-Está bien.
Cogí el bolígrafo que me
extendía el hombre y firmé donde me indicaba. Cogí la caja de
cartón donde estaba lo que me habían enviado y me despedí del
hombre. Cerré la puerta con el pie y me dirigí al salón. Posé la
caja en la mesa y empecé a abrirla. Cuando lo conseguí, vi que
había un papel doblado. Lo cogí entre mis manos, lo desdoblé, y
pude leer:
Querida
Meggie:
Zayn te llamó y dijo que tenía pruebas de mi
inocencia ¿no? Bueno, pues en este paquete tienes la cinta de lo que
grabaron las cámaras de seguridad. No las cojas todavía-leí,
justo cuando iba a posar la carta para coger la cinta-. No
he terminado. Aunque no tuviera las pruebas, ¿me creerías? Yo te
quiero Megan, más de lo crees, ¿cómo quieres que te lo demuestre?
En la caja hay una pequeña bolsita rosa. Cógela y abréla-hice
lo que la carta me indicaba-. Dentro hay una especie de
mando cuadrado ¿no? Bien, sal de tu casa y aprieta el botón rojo.
Salí de mi casa con
la carta y el mandito en mis manos, y apreté el botón rojo. De
repente, empezaron a aparecer fuegos artificiales en el cielo, de
todos los colores, rojos, azules, naranjas... Con lágrimas en los
ojos, seguí leyendo la carta:
¿Te
gusta el espectáculo? Bien, aún no se ha terminado. Cuando los
fuegos artificiales se paren, aprieta el botón verde del mando.
Esperé sorprendida a que los
preciosos fuegos artificiales se acabaran, y entonces, apreté el
botón verde. Tras cinco segundos, miré al cielo, ya que se
escuchaba un motor. Surcando el cielo que había sobre mí, había un
avión con un enorme cartel atado en la parte de atrás que ponía “I
LOVE YOU MEGGIE, DO YOU LOVE ME?”
Con lágrimas en los ojos,
susurré:
-Sí, Louis, sí.
Sentí que alguien tocaba mi
espalda. Me giré asustada y ahí estaba el chico de mis sueños,
cantando su sólo de Best Song Ever. Cuando terminó, lo abracé
con todas mis fuerzas, llorando a moco tendido:
-¿Hace falta que veas la
cinta?-dijo, sonriendo con su perfecta sonrisa-.
-No-contesté, y sin poder
aguantarme le besé con todas mis ganas-.
Él me devolvió el beso, y
cogiéndome por la cintura, me levantó del suelo, y sin dejar de
besarnos, entramos en mi casa. Nos despegamos un segundo para respirar, y mientras, me fue desabrochando los botones de la blusa.
Contenta, le fui quitando su camiseta, pudiendo observar sus
tabletas. Mordiéndome el labio, le besé por todo el pecho, hasta
llegar a su cintura. Le bajé la bragueta y a contniuación los
pantalones y calzoncillos. Sin dejarme terminar, me levantó la
cabeza, y me desabrochó el sujetador. Excitados, nos tumbamos en el
sofá, y ahí lo hicimos, esta vez, sin alcohol.
Narra Ana
Sonó el timbre de mi casa.
Como mis padres no estaban, tuve que bajar rápidamente las escaleras
para abrir. Giré el pomo de la puerta. Era Marta, con el rímel
corrido por toda la cara y los ojos rojos:
-¿Qué te ha pasado?-pregunté
alarmada-. Pasa-añadí-.
La chica entró a mi casa, se
sentó en el sofá, y empezó a llorar como si le fuera la vida en
ello:
-So-soy adop-adoptada y-y me he
i-ido de casa-sollozó-.
-¿Qu- qué?-tartamudeé-.
-Lo-lo que ha-has oído-dijo, a
duras penas-.
Increible mas mas me encanta
ResponderEliminartendras que esperar jeje, 1 beso!!! :)
ResponderEliminarme encanta *____* siguiente pliiis ^^
ResponderEliminarmañana, 1 besote! :)
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