Dos
dragones habían empezado a pelearse, moviendo sus colas
peligrosamente cerca de mis amigos. Lo único que falta es que
empiecen a escupir fuego:
-¡Tomás,
Mario y Miriam! ¡No os mováis!-gritó el mago Nicolás, volviéndose
invisible-.
Vi cómo
mis amigos se quedaban lo más quieto posible, mientras se veía como
alguien cogía las riendas de uno de los dragones y hacía que se
fuera hacia el bosque, dejando al otro paralizado. Ese alguien era el
mago Nicolás. Poco después volvió, sacudiéndose la túnica y
farfullando lo mal adiestrados que estaban los dragones:
-Paula,
Ángel y Arthur, convertiros en demonios e ir a buscar a Lucía. Su
Majestad, tenemos que hablar-dijo el mago Nicolás-.
La
reina y el mago se fueron hacia el castillo, y obedeciendo la orden
que nos habían dado, mis amigos y yo nos convertimos en demonios y
elevándonos en el aire, empezamos a buscar a Lucía, sin darnos
cuenta de que dejábamos a Miriam, Tomás y Mario solos.
Volamos
sin parar, buscando a la chica, que había desaparecido sin más en
el cielo. De repente, nuestras alas comenzaron a ralentizarse, y poco
a poco, nuestros cuerpos también. Al cabo de unos segundos,
estábamos cayendo hacia el suelo a una velocidad vertiginosa. Sin
gritar, por supuesto, atravesamos una especie de pared transparente,
y tras lo que pareció una eternidad, dejamos de caer para posarnos
en un verde suelo lleno de flores. Nos pusimos de pie, sin saber
dónde estábamos ni qué hacer:
-¡Lucía!-siguió
gritando Arthur tras unos minutos-.
-¡Lucía!-le
seguimos los demás-.
Empezamos
a caminar por la que parecía una especie de colina, llena de flores,
que subía cada vez más. Cuando ya casi habíamos llegado arriba del
todo, nuestras alas desaparecieron, volviendo a nuestra forma humana.
Pensando que eso era normal, seguimos caminando, cada vez
llamando menos a Lucía. Llegamos a la parte más alta de la colina y
vimos que el panorama que se veía desde allí era horrible. Miles de
personas pequeñitas con alas eran atacadas por miles de zombies
enormes, que se las comían sin piedad alguna. Una especie de tanque
situado en otra colina que estaba enfrente nuestra, más o menos a un
kilómetro, lanzaba bombas tóxicas a una especie de aldea que había
debajo nuestra. Al cabo de unos minutos, empezamos a toser sin parar,
empezando a intoxicarnos con el gas que soltaban las bombas. Antes de
caer al suelo, pude ver como un grupo de zombies cargaba con un
cuerpo humano.
***
Abrí
los ojos poco a poco, sintiendo como una luz cegadora cubría todo mi
cuerpo. Intenté mover dedos de pies y manos, pero no podía. Era
como si mi cerebro hubiera perdido el control de mi cuerpo. Al abrir
los ojos y recuperar la visibilidad, distinguí una personita que
volaba sobre mi cabeza. Definitivamente, estoy muerta,
pensé, siento tan pesimista como siempre. Entonces, sentí como
me caía una especie de agua fría por todo el cuerpo, y sin mojarme,
recuperaba la movilidad de brazos y piernas. El hada que aún volaba
sobre mi cabeza estaba soltando una especie de polvo sobre mí.
Ahora
que me había acostumbrado a la luz de la habitación, pude ver que
el hada tenía el pelo violeta, recogido en un pequeño moño dejando
suelto un flequillo. Al girarse hacia mí, vi sus ojos, también
violetas e intimidantes, a pesar de pertenecer a una persona tan
pequeñita. Al mirarme, se le dibujó una gran sonrisa en su cara,
con mejillas sonrosadas, y comenzó a volar de nuevo hasta mi cabeza,
dejando soltar más polvo mágico conforme volaba. Su vestimenta era
sencilla, pero elegante: Un vestidito también violeta que le llegaba
por encima de las rodillas, ataviado con miles de diamantes de
diferentes colores, que brillaban y me cegaban conforme el hada se
movía bajo la luz. Al llegar sobre mi cabeza, se posó en mi nariz
para que pudiera verla bien, y comenzó a hablar:
-Buenos
días, señorita Paula. Soy Violeta, su hada madrina.
Ah,
claro, ahora entiendo por qué casi todo lo que lleva es de color
violeta:
-Hola-contesté,
tímida-. ¿Dónde estoy?-añadí-.
-Está en
el Departamento Sanitario de Feérica. Es lo único que no han
descubierto ni destruido los zombies de Jane-me contestó, bajando la
cabeza-.
-¿Estoy
en Feérica?-fue lo único que logré decir al percibir la tristeza
que emanaba el hada-.
-Exactamente,
y, como dije antes, soy su hada madrina-dijo, alzando la cabeza de
nuevo, intentando ocultar su pena delante de mí-.
-¿Y... y
eso qué significa?
-Cada
humano con poderes tiene un hada madrina que se les aparece en la
vida cuando entran en el mundo mágico por tercera vez. No me
preguntéis por qué es así, porque no lo sé. Normalmente, nos
deberíamos de haber conocido en vuestro entrenamiento para la
guerra, pero, dadas las circunstancias, nos hemos conocido aquí. Los
Elegidos tienen las hadas más poderosas, es decir, las de primavera,
verano, otoño e invierno. Yo soy un hada de la primavera-me
explicó-.
-Bueno,
pues me alegro de conocerte-solté una pequeña risita-. Soy Paula.
-Ya lo
sabía-rió-.
-Y
bueno... ¿qué ha pasado?
-Verá.
Cuando su amiga Elegida Lucía volaba sobre Butterfly, el
dragón hembra que la eligió, un zombie agarró al pobre dragón con
una cuerda por el cuello, y, sin que os diérais cuenta, por culpa de
la pelea de dragones que se creó, ya que los animales detectaron el
olor a zombies, la arrastró hasta Feérica con su amiga. Entonces
vinisteis ustedes a buscarla. Empezasteis a caer porque los zombies y
las hadas juntas, desprenden una energía que paraliza a las personas
que pasan sobre ellos. Caísteis en la Gran Llanura de Feérica y
luego vinisteis hacia mi aldea: Spring Village. Los zombies,
para entonces, habían empezado a lanzar esas bombas con aire tóxico
sobre mi aldea. No eran mortales, por supuesto, ya que Jane quería a
todas las hadas de primavera como súbditos. El aire os llegó, os
convirtió en humanos e hizo que os desmayárais. Yo y un grupo más
de hadas del Consejo Feérico, conseguimos traeros hasta aquí a
tiempo para sacaros el aire tóxico del cuerpo. Si no lo hubiésemos
conseguido, ahora seríais sirvientes de la bruja Jane. Arthur, Ángel
y usted estáis a salvo. Tenemos a Lucía, el mago Nicolás se la
arrebató a los zombies con la ayuda de Butterfly.
Desgraciadamente, el aire tóxico llegó a Lucía y ya es
demasiado tarde para sacárselo del cuerpo.
-¡NO!-le
interrumpí, sentándome en la camilla de un salto, lo que hace que
el hada pegue un pequeño grito-.
Justo
cuando voy a quitarme las correas que me atan las piernas por
seguridad, el hada me echa polvo sobre la cabeza y hace que me
tranquilice:
-¡Tranquila
señorita Paula! ¡Hay un remedio!
-Desembucha
antes de que vaya a matar a Jane-contesté furiosa-.
-Hay una
flor en la montaña más alta de Féerica. Es amarilla, con el centro
rojo, y preparando una infusión con ella, podemos salvar a los
sirvientes de Jane que tomaron el aire tóxico.
-Bien,
pues vamos a buscarla, ¿dónde está esa montaña?-pregunté, ya más
tranquila-.
-Es que
hay un pequeño problema, señorita Paula....-empezó a hablar
Violeta-. La montaña donde se encuentra la flor está custodiada por
centenares de zombies y sirvientes de la bruja Jane. La malvada bruja
también sabe lo de la flor, y por eso está vigilando que nadie vaya
a por ella.
-Pues
habrá que matar a toda la gente que está custodiando la montaña.
Voy a salvar a mi amiga Violeta, y nada ni nadie va a impedírmelo.
-Bueno,
entre Miriam, Diana, Tomás, Mario, Ángel, Arthur y usted
acompañados por un grupo de guerreros elfos...
-Está
bien. Dile a los guerreros que se reúnan todos en la sala de
reunión.
-No hay
sala de reunión, hay salón de conferencias-me aclaró el hada-.
-Pues
diles que se reúnan allí. Hay que preparse para coger esa flor.
Puede ser la solución a todos nuestros problemas.
-Una
última cosa señorita Paula-empezó a hablar el hada mientras me
seguía volando a través de un pasillo de paredes blancas, demasiado
bajito para mí-. En la montaña, en el lado oeste, hay una llanura,
la única que no está afectada por el aire tóxico. Están llenas de
la flor que buscáis. Coged todas las que podáis.
-Muchísimas
gracias Violeta. Llámame simplemente Paula y tutéame. Nos vemos en
el salón de conferencias-sonreí-.
-Está
bien, señ... Paula. Nos vemos ahora-y se fue volando hacia una
puerta que indicaba en un cartel de oro: Salida.
Necesito mas capis me encantan tus novelas, espero que lo subas pronto por que me encantan y no puedo esperar a leerles bueno besitos de laura ツ
ResponderEliminarMuchas gracias lauriii!! Tú si que eres una lectora fiel. 1 gran besooo!!! :)
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